A la espera de la reunión de la ejecutiva de Ciudadanos de este lunes, el partido naranja esta sumido en una grave crisis cuyo detonante ha sido la fracasada moción de censura de Murcia y la convocatoria de elecciones a la Comunidad de Madrid que, según las encuestas, pueden dejar al partido naranja fuera del Parlamento regional.
Pero los problemas vienen de lejos. Arrimadas asumió el liderazgo de Ciudadanos después de la debacle en las generales, en circunstancias muy difíciles, pero ha cometido un cúmulo de errores que explican que en lugar de estabilizar el partido e iniciar la remontada la formación naranja este al borde de la desaparición.
Arrimadas ha cometido un cúmulo de errores que explican que en lugar de estabilizar el partido e iniciar la remontada la formación naranja este al borde de la desaparición.
No soy de los que creen que Arrimadas se haya equivocado en su decisión de centrar el partido, dejar de subordinarse al PP y hacer un papel de bisagra auténtico pactando a su derecha e izquierda. Rivera fracasó en su intención de convertirse en el líder de la oposición, lo que se evidenció en las municipales y autonómicas pasadas. Por cierto, con una pésima gestión de los pactos con el PP ya que apenas obtuvo contrapartidas a su apoyo a alcaldes y presidentes autonómicos populares.
Si a ello sumamos la aparición de VOX, es evidente que el único espacio viable para sobrevivir como formación independiente era recentrarse y abrirse a pactos a ambos lados, con populares y socialistas. El slogan de Arrimadas , hacer política útil, era en este sentido acertado.
«Se equivocó no recuperando a los renovadores y a los que habían abandonado C’s por su ‘derechización’«
Pero Arrimadas se equivocó no recuperando a los renovadores y a los que habían abandonado C’s por su ‘derechización’. Si se iniciaba una nueva etapa la ciudadanía tenia que visualizarlo claramente y que mejor manera que abriendo el partido , democratizarlo, hacerlo más participativo, renovando en profundidad sus estructuras internas.
Lejos de ello, y sin ninguna necesidad porque su liderazgo era indiscutible, se encapsulo con algunos fieles y muchos riveristas y centralizo el partido hasta extremos grotescos convirtiéndolo en un organismo sin vida interna.
La nula autocrítica por los resultados en Cataluña fue otro paso en la autodestrucción. También en nuestra comunidad la respuesta a unos resultados pésimos ha sido nula. Lo ocurrido en Murcia el resultado de un partido a la deriva, incapaz de medir la reacción de los diputados díscolos o la respuesta del PP.
La nula autocrítica por los resultados en Cataluña fue otro paso en la autodestrucción.
Quizás en el fondo todo esto ha pasado porqué Inés Arrimadas nunca ha asumido plenamente lo que implicaba liderar un partido y más en momentos de refundación: una implicación al 100% , y una postergación de otras prioridades personales. Es una opción plenamente comprensible pero incompatible con lo que significa ser líder y más en las circunstancias en las que accedió a encabezar Ciudadanos.
¿ Y ahora qué?. Veremos que ocurre en la ejecutiva de este lunes. Hay rumores que Arrimadas puede dimitir, pero, a medio y largo plazo, hay un espacio, pequeño que puede ser decisivo en muchas ocasiones, para un partido de centro, liberal, laico, no colectivista, reformista, que no se doblegue a la corrección política sin caer en extremismos, ni en el conservadurismo.
Veremos que ocurre en la ejecutiva de este lunes. Hay rumores que Arrimadas puede dimitir
Y tal como están las cosas ello sólo puede intentarse con una renovación profunda y nuevos liderazgos salvo que Sánchez acuda al rescate e incorpore a Arrimadas como Vicepresidenta lo que a día de hoy, a pesar de las especulaciones, no parece probable.