Parte de la indulgencia con que el separatismo en el Govern ha reaccionado frente a la violencia desatada estos días en las calles de Barcelona por Pablo Hasél ha quedado al descubierto. Tal y como ha explicado esta mañana en una entrevista a Gemma Nierga en el programa Café d’Idees, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha admitido que no ha criticado a la CUP —cuyas juventudes han llegado a reivindicar la quema de un furgón policial— para evitar que las negociaciones para formar Govern se rompan. «Más claro, el agua», ha dicho Sàmper, que ha aclarado que él no quiere «romper nada».
En cualquier caso, el conseller ha defendido a continuación que su postura contra la violencia callejera siempre ha sido enérgica. «Un martes pasa lo de Vic y el miércoles siguiente a las 9 de la mañana doy una rueda de prensa. El primer día yo ya digo que esto es violencia. Una violencia que perjudica al derecho fundamental de manifestación. Yo ya hecho cinco o seis declaraciones diciendo lo mismo».
La vida del agente del furgón quemado «corrió peligro»
De la misma manera, Sàmper ha aclarado que durante las manifestaciones «nunca interviene la policía si no ha habido una ataque previo a la policía», así como ha alertado que el «grado de violencia es muy elevado» y «debe ser aislada». Finalmente, el conseller ha remarcado la gravedad de que la vida del agente que se encontraba en el interior del furgón de la Guardia Urbana al que los radicales prendieron fuego corriese peligro.