Mientras en Cataluña los partidos separatistas buscan la manera de coartar la acción de los Mossos d’Esquadra ante manifestaciones violentas, el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha mostrado este sábado su apoyo a la policía autonómica y a los agentes de la Guardia Urbana y de la Policía Nacional. Fuerzas de seguridad que, un noche más, se han enfrentado a las algaradas de los violentos en la capital catalana. Actos que el presidente ha calificado de «inaceptables» y que ha definido como «vandalismo y violencia«.
La de este sábado ha sido la manifestación más violenta de las organizadas por diversas entidades para protestar por, entre otras cuestiones, el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél y la declaración unilateral de independencia. Este sábado los manifestantes han cruzado el límite al poner en peligro la vida de un agente de la Guardia Urbana cuya furgoneta han incendiado con él dentro. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha señalado en su cuenta de Twitter que «el derecho a la protesta es totalmente legítimo». Pero ha añadido: «La violencia y el vandalismo no. Mi condena rotunda rotunda a los hechos violentos de hoy después de una manifestación pacífica. Mi apoyo a la Guardia Urbana y agentes de la comisaría de Rambles, vecinos y comerciantes afectados por las algaradas».
Pere Aragonés, sí pero no
El candidato de ERC a la Presidencia de la Generalitat y actual presidente en funciones, Pere Aragonés, también ha apoyado a quienes se manifiestan pacíficamente. Ha dejado claro que «el saqueo o el destrozo de comercios, quemar mobiliario o atacar a trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación«. No ha mostrado apoyo ni a la Guardia Urbana ni a los Mossos.
El socialista Salvador Illa, por su parte, además de apoyar públicamente y «sin fisuras» a los Mossos y la Guardia Urbana, ha calificado de «graves» los hechos de este sábado. «Nuestra condena sin matices«, ha escrito en Twitter, » a los actos de vandalismo y violencia gratuita e injustificada que estamos viendo en las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas».
El silencio de líderes de JxCat
Desde JxCat, ni la candidata Laura Borràs ni el líder del partido, Carles Puigdemont, se han pronunciado. Ha sido la concejal Elsa Artadi la que ha mostrado su apoyo a la Guardia Urbana ante «este ataque intolerable«.
El ya diputado electo de Vox, Ignacio Garriga, ha acusado al «separatismo y a la izquierda» de alentar a «estos terroristas callejeros«. Y ha augurado que con la formación verde en la Cámara «se acabaron los tiempos de paz para delincuentes en Cataluña». «Vox», ha anunciado, «exigirá su identificación y tomar las medidas necesarias para restablecer la ley y el orden en Cataluña».
La número 1 de Guanyem-CUP, Dolors Sabater, no ha condenado los hechos ni ha apoyado a los agentes afectados. Es más, ha calificado de «hipócrita lamentar y condenar las algaradas si no se abordan las causas de las protestas». «Es ineficaz», ha añadido la que podría ser la nueva presidenta del Parlament, «aplicar un sistema policial represivo para frenar las protestas. Hay que resolver las hemorragias del país: vivienda, represión y deriva social».
La líder de En Comú-Podem, Jéssica Albiach, ha evitado pronunciarse sobre esta nueva noche de violencia en Cataluña. El número uno de Cs, Carlos Carrizosa, ha denunciado, por su parte, que «cuando el separatismo y el populismo ponen en la diana a la policía y negocian cómo desprotegerla, los violentos se vienen arriba«. «Basta ya, los gobiernos deben cerrar filas con los agentes y la ley», ha exigido.
El líder del PP, Alejandro Fernández, finalmente, ha puesto el dedo en la llaga al recordar las reacciones de los separatistas y los violentos cuando los Mossos utilizan balas de foam para dispersar este tipo de manifestaciones.