Desde hace muchos años todos los países del euro han venido afrontando gastos públicos (pensiones, sanidad, educación, paro…) muy por encima de los ingresos públicos. Los políticos querían tener contenta a la gente. Ya se vería quién pagaba la factura. Todos han incurrido así en déficits constantes y han aumentado el volumen de la deuda pública hasta niveles estratosféricos. Esto se ha agravado terriblemente con la pandemia.
«Desde hace muchos años todos los países del euro han venido afrontando gastos públicos (pensiones, sanidad, educación, paro…) muy por encima de los ingresos públicos«
Desde la perspectiva de España, esa situación general es, en cierto modo, tranquilizadora. Es verdad que nuestra deuda es astronómica pero también lo es la de Italia, la de Francia y la de Alemania. Hablamos de los 4 grandes países del euro y utilizamos datos previstos a 31.12.2020.
Alemania es, evidentemente, el primero de la clase. Al terminar 2020 debe 2,4 billones de euros, pero eso supone sólo el 72% de su PIB. Antes de la pandemia era el 60%. La economía alemana es de potencia muy alta. Su dirección política es muy correcta (lo que implica lucha contra el déficit). En consecuencia, la solvencia del país es máxima. Por eso, puede endeudarse a tipos negativos. Al terminar 2020, el interés del bono alemán a 10 años era un -0,58% anual (es increíble: el deudor no paga, sino que cobra el 0,58% anual; así son las cosas en estos tiempos).
«Alemania es, evidentemente, el primero de la clase (…) La economía alemana es de potencia muy alta. Su dirección política es muy correcta (lo que implica lucha contra el déficit)»
El segundo de la clase es Francia. Al terminar 2020 debe 2,8 billones de euros, lo que supone un 117% de su PIB. Este porcentaje es análogo al español, es decir, temible. Pero la economía francesa es de potencia alta. Su dirección política es correcta. Y la solvencia del país es elevada. Por eso puede endeudarse también a tipos negativos, aunque no tan negativos como Alemania. Al terminar 2020 el interés del bono francés a 10 años era negativo: un -0,34% anual.
El tercero de la clase es España. Al terminar 2020 debe 1,3 billones de euros, lo que supone un 117% del PIB. Es un porcentaje análogo al francés. Pero la economía española es de potencia media. Su dirección política es mejorable. Y la solvencia es aceptable. Por eso, podemos endeudarnos a tipos, no negativos como Alemania y Francia, pero sí muy bajos. Al terminar 2020 el interés del bono español a 10 años era el 0,06% anual. Casi nulo.
El cuarto alumno de la clase es Italia. Al final de 2020 debe 2,7 billones de euros (el doble que España). Y esa deuda supone el 150% de su PIB. Es un porcentaje descomunal. La economía italiana tiene una potencia superior a la española. Pero su dirección política es muy mejorable. Por eso su solvencia es menor. Y tiene que pagar unos tipos de interés más elevados. Al terminar 2020 el interés del bono italiano a 10 años era el 0,52% anual.
LOS BAJOS TIPOS DE INTERES SON POSIBLES GRACIAS AL BCE
Esta excursión sobre los tipos necesita una precisión: estos bajísimos tipos de interés son posibles gracias a que el BCE Banco Central Europeo efectúa compras masivas de bonos en los mercados. Actualmente, el BCE tiene en su cartera 3,2 billones en valores de deuda pública de los países del euro (un 25% del total). El día en que el BCE retire esta intervención, los tipos subirán.
¿QUE HA PASADO EN ESTE MES DE FEBRERO? DOS COSAS MUY IMPORTANTES:
1ª. ITALIA HA MEJORADO SUSTANCIALMENTE SU DIRECCION POLITICA
El pasado 13 de febrero, sábado, tomó posesión el nuevo gobierno italiano presidido por Mario Draghi. Se trata de un gobierno de unidad nacional, apoyado por todos los partidos del arco parlamentario (salvo Fratelli d´ Italia, que sólo tiene un 6% de diputados y senadores; y que no se opuso; se abstuvo). Italia supera así en forma espectacular un largo período de caos en su dirección política. El gobierno cuenta con 15 ministros políticos y 8 técnicos. Y se centrará en asegurar la salud (vacunación) y recuperar la economía (gestión de los fondos europeos). Es lo que hay que hacer ahora.
Que Italia haya dado este paso debería ser un ejemplo para Cataluña, donde se está negociando el Govern en un clima de muy preocupante convulsión y, por supuesto, para Madrid, donde vemos cada vez más lejos la solución imprescindible de un gobierno de unidad nacional.
Para países tan endeudados como España e Italia, es bueno tener en cuenta que los prestamistas valoran, tanto o más que la potencia de la economía, una dirección política correcta. Y eso significa, entre otra cosas, luchar seriamente contra el déficit. Portugal es un buen ejemplo. Esa es la medida de la solvencia. Es muy posible que, tras la entrada de Draghi, Italia mejore su solvencia y pase a ocupar el tercer puesto de la clase. Y España quede relegada al cuarto y último puesto. Veremos cómo se comporta el bono español frente al italiano en las próximas semanas. La tradicional ventaja del bono español (que pagaba 60 ó 70 puntos menos que el italiano) ya se está desvaneciendo.
2ª. OJO CON LA SUBIDA DE LA INFLACION Y DE LOS TIPOS DE INTERES
Este mes de febrero ha registrado movimientos anormales en los tipos de interés. Se dice que los inversores creen que la economía mundial se va a ir recuperando a lo largo de este año 2021. El Plan de estímulos del Presidente Biden, con un volumen de 1,9 billones de dólares, impactará positivamente en la recuperación. En consecuencia, prevén un aumento de la inflación (que lleva años por los suelos). Y por ello, están demandando ya mayores tipos de interés en la deuda pública.
Los movimientos en los tipos son muy claros:
El bono alemán a 10 años, que terminó 2020 con un interés del -0,58%, daba el viernes 26 de febrero un interés del -0,26%. Es una subida a más del doble.
El bono francés a 10 años, que terminó 2020 con un interés del -0,34%, daba el 26 de febrero un interés del -0,01%. ¿Se van a acabar los tipos negativos?
El bono español a 10 años, que terminó 2020 con un interés del 0,06%, daba el 26 de febrero un interés del 0,41%. Ha multiplicado por 7.
El bono italiano a 10 años, que terminó 2020 con un interés del 0,52%, daba el 26 de febrero un interés del 0,77%. Ha multiplicado por 1,5 (mucho menos que el español).
CONCLUSION
Puede que todo esto sea un movimiento pasajero. Ojalá. Pero si las previsiones de aumento de inflación se confirman, los tipos de interés seguirán subiendo. Y en ese escenario, el BCE quizá se vea obligado a limitar sus compras de bonos pues su objetivo básico es mantener la inflación por debajo del 2%.
Ello pondría en peligro la confortable situación actual de tipos de interés que disfruta España. Para minimizar los daños (subidas de tipos), es obligado mejorar nuestra dirección política e ir pensando en hacer algo parecido a lo que ha hecho Italia. No nos quedemos como los peores de la clase.