Hace ya una semana que ingresó en prisión el rapero Pablo Hasel, condenado a nueve meses de cárcel por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Desde ese momento, las condiciones en las que el cantante permanece en el centro penitenciario de Ponent (Lleida) han sido motivo de controversia. No en vano, Hasel se negó a compartir celda con otros reclusos al considerar que las estancias eran «minúsculas». Su abogada y pareja Alejandra Matamoros también relató que el cantante tampoco estaba dispuesto bajo ningún concepto a colaborar en tareas de mantenimiento como «servir cenas, subir mantas o limpiar otros espacios». En su opinión, todas esas labores no le concernían por su naturaleza de «preso político» —Hasel está adscrito al colectivo de presos políticos antifascistas—.
Pues bien, ahora el cantante podría estar gozando de un privilegio que no le corresponde. Según cuenta el portal Dolça Catalunya, Hasel entró hace una semana en el ala de Ingresos, la parte más acogedora del Centro Penitenciario de Ponent. El problema es que la ley establece que no se puede permanecer en Ingresos más de cinco días, pero Hasel continua allí. Tal como informa este blog, cuando se supera ese plazo es necesario informar al juez de vigilancia y justificarlo.
Expediente deontológico a su abogada
Las irregularidades en torno al caso del rapero no acaban ahí. El Colegio de Abogados de Madrid ha abierto un expediente deontológico a Alejandra Matamoros por sus declaraciones en varias televisiones en las que denuncia torturas policiales en España. Los hechos se producen tras una queja presentada al Colegio por la Confederación Española de Policía (CEP). Este sindicato consideró las declaraciones de Matamoros «impropias de un profesional del Derecho, vertidas con desprecio a la verdad, con un profundo desconocimiento de la realidad y condicionadas por un evidente odio personal ajeno a cualquier objetividad, no representando al conjunto de la abogacía de Madrid».