El rapero Pablo Hasél, encarcelado en el penal de Ponent, en Lleida, desde el pasado martes, ha justificado en un comunicado los ataques a oficinas bancarias y empresas durante las manifestaciones que por su libertad se están celebrando estos días en Barcelona. Lo ha hecho recriminando a los medios de comunicación por informar de los daños que están produciendo estas algaradas y no hacer lo mismo con «la brutal explotación de las multinacionales con escaparates rotos» o «las familias dejadas en la calle o estafadas por la banca a la que queman cajeros».
Hasél, nombre artístico de Pablo Rivadulla, firma esta nota en la que, bajo el título La guerra sucia desinformativa, arremete contra los medios de comunicación, a los que acusa de ser «mercenarios de la dictadura del capital» que se dedican a «intoxicar» para «restar apoyo popular a los revolucionarios o impedir que se sume más y así perpetuar en el poder de la minoría capitalista incompatible con la democracia para la mayoría».
El rapero asegura que los medios manipulan y mienten contra «el movimiento revolucionario» y pone como ejemplo el hecho de que acusen «de fascistas a los antifascistas más consecuentes». Algo que, añade, es «uno de sus bulos más repetidos contra el PCE(r) y los GRAPO«. Por ello llama a «desmontar sus falacias y denunciar su papel en todos los lugares posibles».
Hasél, finalmente, tiene también palabras para la que llama «izquierda domesticada«. Una izquierda que, en su opinión, está al servicio de los medios al condenar «todo lo que vaya más allá de la ilegítima legalidad diseñada para impedir los cambios profundos y machacarnos»