Barcelona se prepara para una cuarta noche de protestas violentas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. Todo indica que la de esta viernes será la noche más dura desde que el pasado martes Hasél fuera detenido por los Mossos para ingresar en el penal de Ponent, en Lleida, en cumplimiento de varias condenas. Así lo han indicado fuentes del cuerpo policial autonómico que creen que las algaradas se mantendrán a lo largo de todo el fin de semana.
Los organizadores de estas manifestaciones violentas han pedido a los participantes que, en esta ocasión, eviten «quemar mobiliario particular» como «motos y coches». Además, han avisado a los radicales de que no pueden «atacar en ningún caso a pequeñas o medianas empresas«. Les recomiendan también «no entrar en confrontación con los vecinos» y que, si estos les increpan, les ignoren. Y, lo más sorprendente dados los destrozos que han provocado desde el martes: «Procuremos que los vecinos y presentes nos apoyen, no les perjudiquemos».
«Nuestro objetivo principal«, aseguran en uno de los canales de La Partida Final, «son jueces, gobierno, Generalitat y policía (Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil)». Y, en caso de que los antidisturbios carguen contra ellos, les recuerdan que deben «cogerse de las manos y brazos y apretar». «Nunca huimos», advierten y en otro mensaje añaden: «Rabia acumulada. ¡Recuperemos las calles!«.