Vayamos por pasos. Primero reconociendo que los grandes ganadores de la noche electoral son el PSC, con 33 escaños (+16) y VOX, con 11.
La medalla de oro al gran perdedor es para CIUDADANOS, 6 diputados; que con la pérdida de 30 escaños, ha regado la aparición de VOX y el crecimiento espectacular del PSC.
A pesar de que el miedo al COVID pueda haber influido en la abstención, esta no se diferencia mucho de la del 2006 y 2010, cuando los virus se llamaron “Estatut que nadie pedía” y “Tripartito del Dragón Kan”
Recordando a los clásico ahora nos preguntaremos ¿Qué hacer?
El bloque constitucional, con todas las reservas de adscripción que quieran hacerse, 61 escaños; no suma ni de lejos.
Un Tripartito III: PSC+ERC+ECP = 74 escaños; provocaría un cisma en las propias bases de esos partidos. Ya no hablo de mantener la coherencia de sus líderes sobre sobre la palabra dada, que nunca me creí.
Lo peor que nos podría pasar ahora es la reedición del Govern Bipartito de ERC+JUNTS.
- 4 años más de bronca política a cuenta del “fet diferencial”.
- 4 años más de inseguridad jurídica para las empresas que optarán por la deslocalización y la pérdida de empleo.
- 4 años más de enfrentamiento civil a costa de la lengua; la colonización de entidades y asociaciones regadas con buenas subvenciones que salen de nuestros impuestos.
- 4 años más de indigencia intelectual y mediocridad política, no hay Cataluña que los aguante.
La opción menos gravosa y perjudicial para el bien común y la convivencia pacífica es que el PSC, partido ganador en votos, tuviera la generosidad y la suficiente inteligencia política como para ofrecerle a ERC un apoyo coyuntural para la investidura de Aragonés, con la condición de mantener fuera del Govern a los muchachos de Puigdemont, que siguen entre tirados al monte y subidos a la parra.
Un Govern de ERC en minoría, que se viera obligado a negociar cada nueva ley que quiera legislar y que se fuera cociendo en su propia salsa.
Los herederos de CDC, partido estructurado desde el pesebre institucional, con los recursos del Govern y las mordidas del 3%. Una “organización criminal para delinquir” según la propia calificación de la sentencia judicial que les condenó; no aguantaría la travesía del desierto sin engrase económico que le sustente. “Sense calerons” que es la argamasa que les une, acabarían disolviéndose como partido y sus diputados se irían fugando, buscando albergue que les diera sombra entre la CUP y ERC.
Aun así, déjenme reconocer que los resultados han sido nefastos para los constitucionalistas, que esperábamos que los frustrados secesionistas de la DUI y de la #RepubliquetaC@tqueno existeixidiota, hubieran aprendido algo. El desarrollo de Cataluña será un seguir escarbando en el pozo, hacia abajo.
Javier Marín Portavoz de LÍNEAS ROJAS
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