La participación en las elecciones catalanas de este 14 de febrero, hasta las 18 horas, ha sido del 45,67% del total del censo con el 74,74% de mesas comunicadas, veintidós puntos por debajo que el 21 de diciembre de 2017, cuando a la misma hora había votado el 68,26%.
Las predicciones apuntaban a una baja participación en estos comicios marcados por las restricciones sanitarias y las lluvias, y a dos horas del cierre de los colegios electorales se están cumpliendo. La jornada se ha iniciado sin incidencias y con una participación a las 13 horas de un 22,59%, doce puntos por debajo que las celebradas en 2017 donde la participación fue del 34,68%.
El conseller ha asegurado en rueda de prensa este mediodía que este descenso se debe a tres factores concretos. El primero es el contexto de pandemia, aunque Solé ha defendido que estas cifras de participación son asimilables a la mayoría de elecciones celebradas durante la crisis derivada del COVID-19: «Estamos bajo la normalidad».
El conseller ha atribuido también el descenso de la participación a las franjas horarias recomendadas por el Ejecutivo, con «una densidad de voto inferior» en la primera franja destinada a colectivos vulnerables; y también al incremento del 350% del voto por correo, que se contabilizará una vez cierren los colegios electorales.