El peso de las entidades separatistas en el devenir político catalán es cada vez más incuestionable. Tanto es así, que un movimiento de tanta trascendencia como el acuerdo que acaban de suscribir los cuatros principales partidos secesionistas (ERC, JxCAT, PDeCAT y CUP) para no pactar bajo ninguna circunstancia con el PSC y Salvador Illa ha sido promovido por el entorno de la poderosa Assemblea Nacional Catalana.
En concreto, el texto ha sido impulsado por la entidad Catalans per la Independència , formado por antiguos miembros de la ANC que dejaron la asociación el año pasado en protesta por su supuesta tibieza —reclamaban más presencia en las calles y redoblar la presión sobre los partidos secesionistas—. Entre los que dimitieron del colectivo secesionista, figuran nombres como Montse Martí, Marga Sales, Juan Gil, Òscar Molinos y Maria Mas.
Ahuyentar el fantasma del tripartito
La maniobra ha servido para que los partidos secesionistas borren cualquier sospecha sobre la formación de un posible tripartito con el PSC. Y es que, tanto republicanos como socialistas han dedicado gran parte de la campaña ha asegurar que no iban a pactar entre sí, tal y como aseguraban el resto de partidos, tanto separatistas como constitucionalistas. Sin embargo, el escrito despeja cualquier duda: «Las formaciones que firman este documento se comprometen a que, sea cual sea la correlación de fuerzas surgida de las urnas, en ningún caso se pactará la formación de gobierno con el PSC».
El documento —que ha sido firmado por Borràs (JxCAT), Sabater (CUP), Chacón (PDeCAT) y Sabrià (ERC)— comienza lamentando que no se cumpliesen las promesas electorales lanzadas por el separatismo en 2017. Esto es, restablecer al gobierno «legítimo» —que fue depuesto gracias al artículo 155 de la Constitución— y materializar la República catalana. Así, critica que en los tres años transcurridos desde entonces no se haya alcanzado ninguna de esas metas pese a contar el secesionismo con la mayoría en el Parlament. Ante este escenario, avisa de que las elecciones del 14-F son «una oportunidad más para conseguir la fuerza necesaria que permita poder hacer efectiva la república catalana» y anima a los partidos a «avanzar hacia su materialización y plantar cara a los partidos responsables de la represión que estamos sufriendo».
Posible repetición electoral
En la práctica, la iniciativa —que recuerda al célebre pacto del Tinell de 2003, en el que los partidos catalanes acordaron no pactar bajo ningún concepto con el Partido Popular— dibuja un escenario en el que solo existen dos posibilidades: o bien las formaciones separatistas logran formar gobierno, o bien se celebran nuevas elecciones para desatascar la situación.