Correos ha rechazado tajantemente las acusaciones del sindicato CGT sobre la posibilidad de que sus empleados puedan verse afectados por el COVID-19 en la gestión del voto por correo que se está llevando a cabo con motivo de las elecciones catalanas del día 14. La compañía ha asegurado en un comunicado que «trabaja para cumplir con sus obligaciones legales en los procesos electores» y que se ha adaptado a las circunstancias de la pandemia con el fin de ofrecer, tanto a sus empleados como a los posibles votantes, «todas las garantías sanitarias en los diferentes trámites que los ciudadanos tienen que llevar a cabo».
La empresa pública responde de este modo a la denuncia formulada por la CGT este lunes y, según la cual, los empleados de Correos en Cataluña no se sienten seguros para gestionar la «avalancha» de votos por correo. Además de la cuestión de la saliva, la CGT ha apuntado otros supuestos riesgos, como la posibilidad de que, en la recogida de votos en el domicilio, los votantes se quiten la mascarilla.
Ante estas denuncias, Correos ha recordado que, durante la pandemia, ha implantado diferentes medidas de seguridad para proteger a sus trabajadores y a los usuarios. Además, con motivo de las elecciones del 14-F, ha adoptado otras «de carácter complementario». De este modo, Correos ha señalado que los trabajadores que tengan que prestar servicios relacionados con el voto por correo han recibido «formación preventiva frente a los riesgos del COVID-19″.
Mamparas, mascarillas, guantes, distancia y gel
En las oficinas, los empleados se encuentran protegidos por mamparas y trabajan con mascarillas FPP2, guantes y «geles de uso personal». En los establecimientos con más electores, Correos ha habilitado «ventanillas exclusivas» para agilizar el trámite del voto por correo. Y se obliga al elector a depositar la documentación en el mostrador, sin tener ningún contacto físico con el trabajador.
En el caso de los domicilios, finalmente, desde Correos han señalado que «la entrega del voto se realizará con la garantía de seguridad interpersonal entre el empleado de Correos y el elector». Si el este debe retirarse la mascarilla para poder ser identificado, «se hará por el mínimo tiempo imprescindible y respetando la distancia de seguridad«. Los empleados, además, no podrán mantener contacto directo con los electores en los domicilios, por lo que ni tan siquiera accederán a los mismos «para la entrega de la documentación electoral». «Tampoco accederán en ningún caso a residencias de mayores, centros hospitalarios o análogos, más allá de los puntos habituales de recepción o entrega de la correspondencia», ha añadido Correos en su comunicado.