El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha acudido este sábado a Girona para un acto electoral, donde ha sido recibido con insultos y lanzamiento de grava por una cincuentena de manifestantes contrarios a su presencia en la ciudad.
Abascal ha prometido que Vox no se irá de Cataluña y ha criticado veladamente a Ciudadanos, calificado como «otros a los que les disteis la victoria en las elecciones autonómicas», al acusarle de que «abandonaron la plaza» y de irse «a la primera de cambio a los cómodos sillones del Congreso».
También se ha referido al PP por no haber detenido, a su entender, el ‘procés’, aunque a quienes ha culpado de las protestas en el acto de Vox en Girona ha sido al Gobierno de España y a la Generalitat.
De ambos, ha señalado que son «los impulsores, los cómplices de esta violencia» avivada, en su opinión, por la Vicepresidencia en el primer caso (Pablo Iglesias) y, en el segundo, desde la conciencia de que los manifestantes contaban con «la tolerancia de la Consejería de Interior», en manos de Junts per Catalunya.
«Sabemos qué es lo que harían si tuvieran oportunidad», ha subrayado mientras observaba a los participantes en la protesta, y ha concretado su afirmación en que «ejercerían la violencia hasta sus últimas consecuencias».
PSC y Salvador Illa
Después, ha criticado al PSC por supuestas «simpatías ante el separatismo» y a su candidato, Salvador Illa, al que ha calificado de «ministrillo» y del que ha manifestado que criticó la construcción «de un hospital de epidemia en Madrid» cuando a su entender «lo que habría que haber hecho en todas las comunidades es impulsar centros hospitalarios de este tipo».
Tras puntualizar que «Vox no va a elegir gobierno en estas próximas elecciones», que no escogerá «entre (Gabriel) Rufián o Illa», si no que ejercerá de portavoz de los ciudadanos que respalden su posicionamiento, ha despedido su discurso con la advertencia de que iba a caminar por Girona.
Finalmente, todo ha quedado en unos escasos metros desde el lugar del acto electoral hasta la plaza donde esperaban los vehículos a los que se han subido para abandonar la zona entre insultos de los manifestantes.