La importancia de la cita electoral catalana del 14 de febrero se puede constatar en cómo los partidos con representación en el Congreso tienen previsto participar en la campaña que ha comenzado este jueves. Tanto es así que, a pesar de la pandemia del COVID-19, el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, no ha dudado en desplazarse hasta Barcelona para arropar al candidato del PSC y ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, del que ha dicho que «condensa» la «necesidad colectiva de avanzar y de dejar broncas estériles«.
El presidente ha pedido dejar atrás el procés, que ha definido como «una década de conflicto y polarización social entre catalanes». Una década que, ha añadido, ha supuesto «dramáticos recortes en sanidad», «maltrato a una educación pública infrafinanciada» y «desmantelamiento de los servicios públicos».
El candidato Illa, por su parte, ha asegurado que «es la hora de retomar la ilusión, la hora de retomar la esperanza, la hora de retomar la confianza». Illa ha pedido «el voto del cambio, el voto de la sensatez, el voto que premia el trabajo bien hecho y el voto de los que no queremos que ninguno se quede atrás». El candidato ha pedido «pasar página» y ha presentado el PSC como un partido «unido, cohesionado y vivo» que «está fuerte y preparado», con «un proyecto integrador y progresista». «Cataluña», ha añadido, «es un gran país. Lo tiene todo para salir adelante pero este Govern que dice quererla tanto la ha dejado en las peores condiciones».