La decisión de aplazar las elecciones hasta el 30 de mayo carece de fundamento sanitario y se basa exclusivamente en razones políticas . La mayoría de partidos esperan que el aplazamiento les permita desactivar el efecto Illa, que va a sufrir acoso y derribo desde todas las direcciones, y recuperar así los votantes que, según las encuestas, el nuevo candidato socialista conseguía tanto de los partidos independentistas, salvo la CUP, como de Ciudadanos, PP o Comunes. Otro golpe más a la ya muy deteriorada democracia en Cataluña. No por quién salga o no beneficiado, eso es secundario, si no por el insólito hecho de aplazar unas elecciones ya convocadas a conveniencia de parte.
El hecho que Illa recogiera votos de todas las direcciones a hecho que confluyeran los intereses incluso de formaciones tan enfrentadas como ERC y Junts. A Illa se le va a hacer largo llegar al 30 de mayo pues va a ser el enemigo a batir por todos.
Otras razones han colaborado a hacer posible el aplazamiento. Si analizamos las encuestas vemos que los únicos partidos con expectativas al alza eran PSC y Vox y el independentismo podía perder perfectamente la mayoría absoluta. ERC por su parte ha sopesado un posible ‘sorpasso’ socialista que acabaría con las ilusiones de liderar un nuevo Tripartito.
«A Illa se le va a hacer largo llegar al 30 de mayo pues va a ser el enemigo a batir por todos«
ERC y Junts confían en mejorar sus expectativas. Los republicanos se juegan el todo o nada en conseguir el indulto que justifique su política de «diálogo». Con ello, además de justificar su estrategia, daría protagonismo a Junqueras, pueda ser o no candidato, para reforzar a un Aragonès que no arranca como presidenciable. Para ello deben contar con la colaboración de los socialistas que habrán de evaluar antes el efecto electoral de tal concesión. Puigdemont espera recuperar el protagonismo perdido gracias a la tramitación del suplicatorio en el Parlamento Europeo. Si se concede tirará de su arma preferida: el victimismo. Si no se concede alardeará de vencer a España y reivindicará su estrategia de fugarse como la correcta.
La posición de Ciudadanos o los Comunes se explica por unas expectativas claramente a la baja y ser los más directamente afectados por la ampliación de fronteras del nuevo candidato. El PP se ha apuntado en el último momento al aplazamiento porque sube, pero no en la medida de sus expectativas previas y también se ve algo perjudicado por la irrupción de Illa. La CUP, el partido menos afectado por el candidato socialista, se ha apuntado a última hora quizás porque viendo inevitable el aplazamiento no ha querido aparecer como la que antepone la política sobre la salud.
Si analizamos la política de la Generalitat desde la disolución del Parlament podemos apreciar que no se ha hecho el menor esfuerzo para concienciar a los ciudadanos a que voten por correo, ni se han propuesta medidas excepcionales para, por ejemplo, votar en dos días para evitar aglomeraciones. Desde el principio se ha jugado con la ambigüedad de si se celebrarían o no tratando de sacar beneficio de ello. Hasta Mitjà lo reconoce.
«Desde el principio se ha jugado con la ambigüedad de si se celebrarían o no tratando de sacar beneficio de ello.»
La situación sanitaria no es más grave que cuando se produjo la convocatoria y se han hecho elecciones en países como EE.UU, o este domingo en Portugal, en plena pandemia. Si puedo ir a trabajar en transporte público. ¿Por qué no puedo ir a votar tomando las medidas de protección adecuadas? ¿Qué garantiza que la situación en mayo sea mejor?
Sin embargo el objetivo común, revertir la penetración del candidato del PSC en sus cotos electorales, no está garantizado. Es cierto que va a sufrir un ataque conjunto de todas las partidos, es el enemigo común a batir, lo que sin duda puede desgastarlo. Pero desde su entorno se confía que una buena campaña de vacunación y una situación sanitaria muy mejorada en mayo pueda reforzarle. El tiempo nos dirá quién tiene la razón.
Por último llama la atención que se han hecho más esfuerzos para salvar las elecciones del Barça, aunque hubiera sido un escándalo que se hicieran sin que se pudiera votar en numerosísimos municipios sin mesa electoral o permitiendo romper la norma de salir del municipio, que por salvar las autonómicas. Incluso se habla de hacer las elecciones en marzo. En este caso Puigdemont tiene prisa. Pueden tener razón. Igual Cataluña esta mejor sin gobierno que con gobierno. Al menos sin los gobiernos de los últimos 8 años..