El independentismo catalán podrá elegir entre siete partidos en las próximas elecciones autonómicas, previstas para el 14 de febrero, si la pandemia del COVID-19 lo permite. A ERC, Guanyem-CUP y el PDeCAT se sumarán JxCat, Primàries, el PNC y el FNC. Estos cuatro últimos han logrado recoger en un tiempo récord y a pesar de las restricciones y las fiestas navideñas los avales necesarios (un mínimo de 5.600 firmas) para poder concurrir a los comicios.
Inicialmente, se presentaron 14 candidaturas que han quedado, finalmente, reducidas a siete tras la recogida de las firmas necesarias para poder ser formalizadas. En el caso del PDeCAT, que tendrá como candidata a la ex consellera Àngels Chacón, no ha sido necesario realizar este proceso porque el partido presidido por David Bonvehí logró quedarse con los derechos electorales de JxCat cuando se separaron.
La independencia como nexo de unión
Solo dos de estos partidos, ERC y Guanyem-CUP pueden calificarse como formaciones de centro-izquierda o izquierda. El resto se mueve entre la derecha y la extrema derecha. Sin embargo, todos tendrán como punto fundamental de sus programas electorales la independencia de Cataluña. Las diferencias en este apartado se observan en cuestiones como si la ruptura debe ser unilateral o si se debe pactar o no un nuevo referéndum con el Gobierno central.
El separatismo llega de este modo a los comicios de febrero más atomizado que nunca. Cierto es que algunas de estas formaciones lo tendrán difícil para lograr representación parlamentaria. Es el caso del FNC, con el empresario Albert Pont (presidente del Cercle Català de Negocis) al frente, o de Primàrias, con la candidata Laura Ormella como número 1. Una joven entre cuyos méritos están los de entrenar al grito de «puta España» mientras defeca «sobre los botiflers».