Sí, ¿quiénes son estas gentes que cortan la Meridiana y van gritando por las calles de nuestros pueblos y ciudades que els carrers serán sempre nostres?
Desde el mes de octubre de 2019, ahora hace ya más de un año, se plantan todos los días cuatro gatos en la calle Meridiana confluencia con Fabra i Puig de Barcelona, cortan el tráfico, provocan colas kilométricas, encabronan a conductores, vacían comercios y terrazas, impiden llegar a los autobuses a sus destinos, y a los vecinos que van en ellos a sus casas, y encima gritan a los ciudadanos que los sufren y se le oponen: ¡fora feixistes dels nostres barris!
Algo profundamente enfermizo está pudriendo sin remisión en Cataluña la relación de la palabra con los hechos. Una horda de fascistas convencidos que son la reserva democrática de Occidente lo han contaminado todo incapaces de ubicarse en la realidad, convirtiendo sus deseos y emociones en el orden de las cosas. Una mente obtusa que confunde su mirada con la objetividad, y sus deseos con el orden del mundo, es algo peor que el fascista que sabe que lo es, es un fanático. Y un fanático no tiene cura.
¿Cómo es posible que veinte o treinta personas, a veces menos de una docena, corten la entrada a la ciudad de Barcelona por la Meridiana durante los últimos 14 meses, día sí y día también, y la Consejería del Interior del Gobierno de la Generalidad siga dando los permisos por adelantado? ¿Cómo es posible, incluso, que cuatro patrullas de la Guardia Urbana del Ayuntamiento de Barcelona se adelanten al corte, incluso antes de que lleguen els amos dels carrer a la hora convenida, haciéndoles el trabajo sucio de enfrentarse a los conductores de los coches para que los niños de papá de ERC y JxCat emboscados en los CRD chuleen como matones a los barceloneses?
Algo profundamente enfermizo está pudriendo sin remisión en Cataluña la relación de la palabra con los hechos
Es posible, porque la Consejería del Interior de Miquel Buch antes y ahora de Miquel Sàmper sigue con el ¡apreteu!, ¡apreteu! de marras para que los chicos de los CDR mantengan viva la llama de los “presos polítics”, y la equidistancia de la alcaldesa Ada Colau – que quiere estar en misa y repicando – para acabar mandando a diario sus patrullas de la Guardia Urbana a la Meridiana. Y no gratis, ya han costado las cuatro patrullas dispuestas diariamente por el Ayuntamiento para colaborar en el dispotivo de seguridad junto a los Mossos de Escuadra, 340.000 euros durante los 14 meses de cortes. O sea, 24.285 euros al mes, o 2.023 euros al día. Una buena tajada para mantener ficciones y vivir de ellas. A esta cifra habría que añadir la de la Consejería de Interior del gobierno secesionista, pero de ésta no tenemos noticia. Por ahora. Mientras, Gobierno y Ayuntamiento hacen oídos sordos a las calamidades que pasan negocios y vecinos del barrio.
La connivencia entre manifestantes y gobierno nacionalista y municipal es tan evidente, que los Mossos de Escuadra desplegados cada día para mantener el orden, dejan campar por sus respetos a los que violentan la convivencia, pero encapsulan a los vecinos honrados que denuncian el abuso. El mundo al revés, protegen a los agresores y neutralizan a los agredidos. Es esperpéntico con qué chulería y arrogancia insultan a los vecinos sin ser recriminados por la autoridad competente, mientras éstos han de callar y comportarse ante las advertencias de ésta.
La connivencia va tan lejos que la agrupación vecinal MERIDIANA SIN CORTES contraria al abuso de los cortes diarios, acaba de denunciar que el Gobierno y PROCICAT de común acuerdo, han modificado el 6 de enero de 2021 la normativa que impedía realizar eventos o concentraciones “a menos de 500 metros de centros de carácter social o sanitario, incluidos los hoteles declarados de interés por la autoridad sanitaria u otros similares”, a menos de 200 metros.Curiosamente, en medio de un agravamiento de la pandemia del Cobi en toda Cataluña. La razón ha venido precedida por la alegación de MERIDIANA SIN CORTES ante la Dirección General de Administración de Seguridad (DGAS) contra los cortes de la Meridiana por producirse a menos de 500 m. de distancia de “centros de carácter social o sanitario”.
Colau es la responsable de que en Barcelona ninguna banda de mafiosos convierta sus calles en territorios liberados de la Carta Municipal y de la ley
Ante la queja, dicho y hecho, se cambia la normativa, se reduce la prohibición a menos de 200 m. y los CDR podrán seguir jodiendo al vecindario. Inaudito. Incumplir a sabiendas es prevaricación, y trato de favor hacia familiares o amigos desde las instituciones es nepotismo. Elijan la cloaca.
Ada Colau se lo debía hacer mirar. Gobierno y Sanidad van en comandita. Ella es la responsable de que en Barcelona ninguna banda de mafiosos convierta sus calles en territorios liberados de la Carta Municipal y de la ley. Ella se ha opuesto con uñas y dientes al maltrato. ¿O entiende que en tiempos de nacionalismo el maltrato va por barrios? Todo muy selectivo. Y todo en nombre de la libertad de los presos políticos encarcelados por hacer lo mismo que hizo Tejero, creer que eran mejores que la voluntad general de todos, creer que sus razones estaban por encima de la Constitución, creer, en suma, que la justicia y la legitimidad estaba de su parte. Sólo porque era la suya. Como Trump y sus búfalos.
¿Qui som aquesta gent tan ufana i tan superba? Sí, la sintaxis en español es igual de hiriente: ¿quién es este gentío tan engreído y soberbio?
Llegará un tiempo en que nadie, incluido quien siempre estuvo en contra, podrá entender cómo fue posible permitir tanta obscenidad en pleno S.XXI en un Estado de Derecho.