La Lliga Democràtica ha decidido no presentarse a las elecciones del 14 de febrero tras no alcanzar un acuerdo con el PSC después de que se haya apostado por Salvador Illa como cabeza de lista en sustitución de Miquel Iceta.
En declaraciones a Europa Press, la secretaria general de la Lliga, Sílvia Requena, ha explicado que con el PSC negociaban desde hace tiempo la posibilidad de hacer una coalición, pero ha asegurado que esto ha cambiado tras «el cambio de estrategia de última hora» que ha habido, con el nombramiento de Illa.
Y es que, ha precisado, ahora les ofrecían incorporar dos nombres de la Lliga a la lista del PSC, lo que han rechazado porque, en su opinión, supondría diluirse en la lista de otro partido: «Esto sería darnos las migajas que le han dado a Ramon Espadaler. No queremos priorizar los dos puestos por encima de un espacio político. Dos sillas no sustituyen un espacio político».
Cambio político
Aunque consideraban que el PSC era el único partido que estaba en condiciones de liderar un cambio político, creen que las nuevas condiciones que les planteaban resultan incompatibles con la voluntad de la Lliga «de contribuir a sumar y ampliar el espacio político socialista», y por ello han decidido no concurrir a las elecciones en solitario ni integrado en otra lista, sin perjuicio de que puedan acabar dando apoyo individual o colectivo a alguna candidatura.
La formación, que lidera Astrid Barrio, aspira a crear una única fuerza catalanista de centro, integrada por diversas sensibilidades, pero ha criticado la negativa de las formaciones de este espacio a construir «esta alternativa por puro tacticismo partidista«.
Tras exponer que también tenían un decálogo y una estrategia con Convergents y Lliures, ha lamentando que finalmente han preferido «ponerse a cobijo del PDeCAT y apoyarlo, ahora que está en horas bajas».
«Si tenías que crear un partido para volver a la matriz, es una explicación muy pobre. Y si la voluntad era priorizar el país por encima de los partidos, el partidismo ha ganado, y nos hemos opuesto a ello. Estamos por la utilidad, no por la inutilidad», ha zanjado.