Si algo importa en el mundo separatista son los gestos, aunque no estén casi nunca vinculados a los hechos. Buen ejemplo de ello es la tan traída y llevada constitución catalana. Un proyecto que le costó al juez Santiago Vidal tres años de suspensión de empleo y sueldo y que el ex presidente Quim Torra reactivó tras su llegada a la Generalitat en 2018, poniéndolo en manos del cantante Lluís Llach. Fue entonces cuando se presentó la entidad Debat Constituent, que comenzó su andadura con sesiones formativas en diversos municipios de Cataluña y que, con el tiempo, dejó de estar activa. Ahora, casi a las puertas de unas nuevas elecciones autonómicas, vuelve a la palestra con una nueva página web y la pretensión de que los ciudadanos se pronuncien sobre el articulado de la que debería ser la ley de leyes de la República Catalana, si es que esta llegara a existir algún día.
En la web, la asociación explica que entra en una nueva fase en la que serán los «debates ciudadanos» los protagonistas. Será un periodo que se extenderá hasta junio de 2021 y en el que quienes quieran participar tendrán que hacerlo forzosamente a través de una aplicación con la que deberán inscribirse en el proceso. Solo así tendrán derecho a contestar a lo que los organizadores llaman «el Cuestionario«, con mayúscula, que «permitirá procesar y cuantificar todas las opiniones expresadas por la ciudadanía y su trazabilidad por razón de sexo, edad y territorio».
Entrega «solemne» al Parlament
Tras esta recogida de información se convocará al Fòrum Cívic i Social (FCS), que «deberá sintetizar los resultados a partir de las respuestas al Cuestionario». «El trabajo esencial del FCS», explican los organizadores en la web, «será articular en principios constituyentes todos aquellos temas en los que haya consenso», además de decidir qué hacer con las cuestiones sobre las que no exista este acuerdo. El resultado se entregará «de manera solemne» al Parlament.
Los participantes deberán contestar a preguntas agrupadas en siete bloques: elementos constitutivos, derechos, participación política y organización del poder, organización territorial, régimen económico, territorio-recursos naturales-sectores estratégicos-empresas públicas y seguridad y relaciones internacionales.
En el apartado de elementos constitutivos, los ciudadanos deberán indicar si quieren que Cataluña sea un estado independiente en forma de república, un estado federado dentro de España, un estado libre asociado «con vínculos constitucionales» con España o un estado confederado con otros estados. Deberán también pronunciarse sobre si ha de ser una república centralizada o descentralizada o sobre el lugar en el que deberán estar ubicadas las instituciones catalanas.
Aborto, eutanasia y transexualidad
En lo que a derechos se refiere, el «Cuestionario» plantea, por ejemplo, si el aborto y la eutanasia deben estar contemplados en esta constitución. La transexualidad, la igualdad de género o el papel de las religiones son puntos sobre los que también deberán pronunciarse los participantes. Los organizadores quieren conocer también la opinión de los ciudadanos sobre cuestiones como qué hacer con los ex cargos públicos, si debe haber un límite de mandatos o qué sistema electoral sería el más adecuado para la Cataluña independiente.
Los catalanes deberán pronunciarse también sobre cuestiones como la propiedad de los «bienes naturales no renovables» o si debe existir un ejército profesional. También tendrán que dar a conocer su postura sobre el respeto a los tratados internacionales o si debe o no limitarse la «concentración de propiedades» en una sola persona, entre otras cuestiones.