La tercera ola de la pandemia del COVID-19 ya está en Cataluña. O eso dicen los científicos que llevan meses intentando guiar al Govern en la toma de decisiones para afrontar la crisis sanitaria. Y, más en concreto, a ERC, que tiene en sus manos la gestión de las áreas más afectadas por el virus: Salud, Asuntos Sociales-Trabajo y Educación. Sin embargo, los consejos de estos expertos están cayendo en saco roto desde hace semanas y basta pasar por sus redes sociales para comprobar cómo su grado de preocupación aumenta a diario ante las decisiones de un Govern que, parece, se niega en estos momentos a priorizar la salud sobre la economía.
Por si esto no fuera suficiente, el ex presidente Quim Torra mantiene desde fuera del Ejecutivo, ahora dirigido por el republicano Pere Aragonés, la alerta sobre los estragos que está produciendo la pandemia en Cataluña. En su cuenta de Twitter ha publicado este miércoles un mensaje en el que califica de «éticamente insostenible» la cifra de contagios y fallecidos registrados en Cataluña por COVID-19 en las últimas 24 horas: «Hay que tomar decisiones hoy para mañana. No se puede celebrar la noche de Cap d’Any y se han de restringir al mínimo las interacciones sociales de los próximos días. Pido a mis compañeros de Govern responsabilidad, y, a la ciudadanía, solidaridad».
Con más de 3.000 casos positivos confirmados cada día, el sistema sanitario catalán parece estar de nuevo al borde del colapso. Así lo han denunciado médicos como Josep Maria Sirvent, del Hospital Josep Trueta, en Girona: «Con 1.700 hospitalizados, 350 en la UCI, no podemos hacer frente a una oleada más. Recuerdo que el año pasado estos pacientes no los teníamos y estábamos muy llenos (periodo invernal)».
Desde el Servicio de Medicina Intensiva del Complejo Hospitalario Moisés Broggi recuerdan que el virus ha matado ya a 17.000 personas en Cataluña, «como la población de Berga o de Arenys de Mar, o todos los hombres de Sant Joan Despí». Y se preguntan «qué se ha de celebrar».
Más preocupantes son los mensajes del físico Álex Arenas, que ha pedido una reunión «urgente» al Govern tras conocerse que la nueva cepa británica del COVID-19 afecta especialmente a los menores de 9 años. Recomienda, entre otras cuestiones, «acelerar las vacunaciones» y cierre de colegios «hasta que los edificios se hagan lo más seguros posibles para los alumnos y el personal».
Inquieto por la variante británica del virus está también Oriol Mitjà, el científico de cabecera de Quim Torra hasta el pasado verano. En un hilo de mensajes publicado en Twitter ha advertido al Govern de que la «alta transmisibilidad» de esta cepa combinada con «la falta de medidas para Cap d’Any» puede tener como resultado «llevar la tensión hospitalaria al límite«. Ha exigido al Ejecutivo presidido ahora por Pere Aragonés que haga público el informe en el que se han basado para «no endurecer las medidas» durante estas fiestas y ha amenazado al Govern: «En la tercera ola, las familias perderán a los mayores; las empresas, dinero. La Justicia podría ser la que valore vuestras decisiones«.
Muy crítico se ha mostrado, finalmente, el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós. Sobre todo tras conocerse que una de las enfermeras que participó en el acto de presentación de la vacuna el pasado domingo ha dado positivo por COVID-19: «Muy preocupados por las fotos, arriesgamos que se magnifiquen los eventos adversos, anécdotas convertidas en categoría que distorsionan el mensaje principal. Por favor, hagamos las cosas como toca, con rigor y discreción y después ya explicaremos que lo hemos hecho muy bien».