El Consistorio de Barcelona, presidido por Ada Colau, está volcándose en analizar cómo la pandemia del COVID-19 está afectando a los residentes en la capital catalana. Así, acaba de publicar un estudio sobre cómo el confinamiento vivido entre los meses de marzo y junio afectó a los niños y adolescentes barceloneses. Un documento que recoge cuestiones como, por ejemplo, cuáles han sido los principales temores de los menores durante el encierro. El 84% ha mostrado temor ante la posibilidad de que sus familiares fueran contagiados. Para el 65% era preocupante que sus abuelos estuvieran solos, mientras que un 44% tenía miedo de que sus padres perdieran el trabajo por la crisis.
El estudio, por otro lado, ofrece datos sobre el efecto de la crisis económica provocada por la pandemia en los menores de Barcelona. En este caso subraya que los niños más afectados han sido aquellos cuyas familias ya estaban en situación de pobreza antes de que estallara la crisis. Ante esta situación, el Consistorio ha potenciado diversos planes de ayuda como el proyecto ALIMENTA, que ha pasado de repartir 1.200 comidas a domicilio a 4.799. Junto con otros programas y en tan solo los tres primeros meses de la pandemia el Ayuntamiento ha repartido, en colaboración con diferentes entidades, 60.000 kilos de alimentos, la misma cantidad que entregó a lo largo de todo 2019.
El análisis, finalmente, valora cuestiones como el grado de penetración de internet en los hogares justo en un periodo en el que se ha impuesto la enseñanza telemática debido al confinamiento estricto. En este caso, se presentan datos realmente preocupantes como que el 5% de los hogares en situación de vulnerabilidad carece de conexión a internet; cuatro de cada 10 menores no tenían ni ordenador ni tablet y casi la mitad de los que sí tenían debía compartirlos con otros miembros del hogar.