El disparate tiene hoy especial protagonismo en Cataluña a costa de la inmersión lingüística. La visita de la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, a la Generalitat ha evidenciado cómo la cuestión de la lengua es llevada por el separatismo a cotas a veces esperpénticas. La canaria Darias no habla catalán y, por lo tanto, necesitaba de un traductor para la rueda de prensa que ha ofrecido acompañada de la portavoz del Govern, Meritxell Budó. Sin embargo, el aparato no funcionaba correctamente y la ministra se ha visto obligada a advertir a los periodistas de que, si no entendía lo que le preguntaban, contestaría como pudiera.
«Si me permiten», ha dicho la ministra, «antes de contestar a ninguna pregunta, me han puesto esto [en referencia al traductor] para traducir. Me queda fantástico, pero nada más«. Budó le ha preguntado si no funcionaba y la ministra la ha explicado que no: «Nada. Yo intento seguirte. Aquí no escucho nada. Lo digo por si me hacen la pregunta en catalán, yo sigo, pero quería advertirlo por si no puedo contestar bien». La ministra ha comentado que le habían puesto el traductor «de decoración» y ha pedido a Budó que le tradujera ella las preguntas, según ha recogido el digital e-Noticies.