El Gobierno tiene que tomarse en serio la creación de empleo y la reducción del déficit

Esta semana ha producido noticias muy importantes sobre la pandemia. Se han aprobado varias vacunas eficaces contra el virus. El Reino Unido ha empezado este lunes su programa de vacunación. Estados Unidos empezará la semana que viene. Nos prometen que en enero de 2021 empezaremos a vacunar en España, y en los demás países de la UE. La logística de estas cosas no es fácil. Esperemos que nuestros gobernantes estén a la altura. Que esto salga bien es decisivo. Si es así, en el segundo semestre de 2021 estaremos recuperando la normalidad.

También ha habido noticias muy importantes en el ámbito económico, dos buenas y una mala.

Buenas noticias de la Unión Europea

La primera buena noticia es que el Consejo Europeo, en su reunión del jueves, consiguió desatascar el FRE Fondo de Recuperación Europeo. Hungría y Polonia pensaban vetar el Presupuesto comunitario (en el que se inserta el FRE) pues no aceptan que se condicione el acceso a los fondos europeos al respeto al Estado de Derecho. Estas cosas pasan porque el Presupuesto comunitario debe ser aprobado por unanimidad y, en cambio, el mecanismo sobre el Estado de Derecho se aprueba por mayoría. Era obvio que países tan necesitados como Polonia y Hungría no iban a enrocarse en su veto, y así ha sido. Buena noticia para España, que esperar recibir de dicho FRE 73.000 millones en subvenciones y 67.000 en préstamos. El Gobierno ya ha metido 27.000 millones en los Presupuestos de 2021, a cuenta de las subvenciones que nos toquen.

Buenas noticias del Banco Central Europeo (BCE)

La segunda buena noticia es que el BCE ha ampliado su Programa anti-pandemia de compra de deuda en 500.000 millones, hasta 1,85 billones. Esta política se mantendrá hasta que termine la pandemia (por lo menos hasta marzo de 2022).

Continúa el programa de compra normal de deuda pública, para mantener los tipos, al ritmo de 20.000 millones mensuales.

Esto es vital para España pues, gracias a esa intervención del BCE, podemos endeudarnos con facilidad (la demanda de nuestros títulos de deuda suele triplicar la oferta) y a bajísimos tipos de interés. En concreto, el jueves el Tesoro colocó 1.038 millones en bonos del Estado a 10 años a un tipo medio del -0,027%. Tipos negativos por primera vez en nuestra historia. La emisión anterior de estos bonos, el 1 de octubre se hizo a un tipo medio del 0,224%.

Además, el BCE ha mejorado las condiciones para suministrar fondos a los Bancos para que éstos lo presten a las empresas.

Malas noticias sobre el Brexit

La mala noticia es que las conversaciones para la salida del Reino Unido de la UE no están llegando a ningún acuerdo. Si un milagro de última hora no lo remedia este domingo, dicha salida será traumática. Es como un divorcio en el que ambas partes terminan tirándose los trastos a la cabeza. Esto no es bueno para España pues empresas españolas muy importantes tienen fuertes intereses en UK y nos conviene (a todos) que la UE y UK mantengan unas relaciones amistosas.

Pero el apoyo del Banco Central Europeo no es eterno

Dejando aparte el tema de la muerte y la salud, este año 2020 ha sido un año absolutamente horrible para la economía española. Gracias al apoyo del Estado (ERTEs, avales…) se ha conseguido sostener, más o menos, el sistema sanitario y el tejido productivo. Pero para ello ha sido necesario que el Estado se endeude en 110.000 millones de euros más. De este modo, nuestra deuda pública está hoy en 1,3 billones de euros (27.600 euros per cápita). Y el déficit en este año 2020 será el 11%. Y tendremos 4,2 millones de parados (asumiendo que la mitad de los ERTEs pierdan su empleo). Son cifras totalmente desorbitadas.

Afortunadamente, el Estado español, gracias al BCE, consigue endeudarse a tipos de interés muy bajos. Fuera del euro y del BCE, esto hubiera sido imposible: suponiendo que nos prestasen, no podríamos pagar los intereses. Pero esta situación no va a ser eterna. La señora Lagarde ha fijado marzo de 2022 como punto final de los programas anti-pandemia de compra de deuda. Y las compras normales de deuda también acabarán. ¿Qué va a pasar después?

¿Qué tiene que hacer el Gobierno para que nos sigan prestando a tipos de interés bajo?

Sostener nuestra inmensa montaña de deuda, es decir, que nos sigan prestando, y a bajo interés, es condición imprescindible para nuestra supervivencia. El día en que no nos presten o nos pidan tipos elevados el Estado no podrá pagar las pensiones. ¿Qué hay que hacer?

Lo primero: luchar contra el déficit

El 11% de déficit del 2020 tiene que ser el punto máximo a partir del cual el Gobierno emprenda una carrera descendente para llegar, en 4 ó 5 años, a niveles cercanos al 0%. Se trata de aumentar los impuestos (en cuanto la economía empiece a recuperarse) y de disminuir los gastos. Hacer esto con seriedad y contundencia es absolutamente vital para sostener la deuda.

Al mismo tiempo: crear un clima para que se cree empleo

Para que aumente la recaudación fiscal y las cotizaciones sociales las empresas tienen que ganar dinero y generar empleo bien remunerado. Esto lo entiende cualquiera. El Estado no puede sustituir a las empresas en la creación de empleo. Ni siquiera con los 73.000 millones de subvenciones de la UE (que no servirán para crear empleo si no se cuenta con las empresas). Bastante tiene el Estado con recaudar lo justo para pagar pensiones, funcionarios, paro e intereses de la deuda. Ojalá le llegara para eso.

La misión del Gobierno consiste en crear un clima político, institucional, legal, laboral y fiscal que proporcione la seguridad, confianza y estabilidad imprescindibles para que los empresarios, españoles y extranjeros, inviertan y creen empleo. Para levantar la cabeza este país necesita tres millones de empleos nuevos. Y ésa debería ser la prioridad absoluta.

Algunos gobernantes sólo saben repartir. Olvidan que la economía está bajo mínimos, que no hay recaudación suficiente, y que lo que están repartiendo en este 2020 lo han pedido prestado. Ciento diez mil millones este año. Está claro que no les importa la deuda. Pero esto no puede continuar así. Hay que revertirlo cuando antes. Lo primero es crear la riqueza. Luego se podrá recaudar. Y finalmente repartir.

Y también hay que controlar el gasto público. El Gobierno no se toma esto en serio cuando sube las pensiones y el sueldo de los funcionarios un 0,9% en 2020, cuando el IPC previsto es un -0,2%. O cuando sube esas magnitudes otro 0,9% para el 2021 antes de saber cuál será el IPC de dicho 2021. No hay ni un solo gesto creíble en el control del gasto. Todo lo contrario.

Y, si se quiere crear empleo, no se puede estar hablando de la semana de cuatro días (con el mismo sueldo) o de la subida del salario mínimo.

Y que funcione la vacuna.

Jesús Santidrian
Jesús Santidrian
Inspector de hacienda jubilado

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