La controversia en torno a la reunión del vicepresidente del Parlament, Josep Costa, con formaciones de ultraderecha para un posible coalición electoral con JxCAT parece lejos de remitir. Después de que la portavoz neoconvergente Elsa Artadi desvinculase a su formación de la reunión y de que ERC pidiese la dimisión de Costa por «blanquear a a la ultraderecha», el vicepresidente del Parlament terminó pidiendo disculpas asegurando que participó en la reunión sin saber que habría formaciones extremistas y que, en todo caso, lo hizo «a titulo personal».
Sin embargo, un comunicado de la plataforma Donec Perficiam —entidad convocante de la reunión y formada por siete exmiembros del secretariado nacional de la ANC— hecho público ayer atestigua que el objetivo de la «histórica» reunión era configurar una «candidatura única a las elecciones» y que la única formación que mostró sus reservas a formar dicha coalición fue la Assemblea de Represaliatas i Activistes. Al parecer, esta entidad no solo encontraba «muy difícil compartir candidatura con ciertas formaciones por su ideología», sino que su prioridad era que los «represaliados encabecen una lista al Parlament para visibilizar la represión».
Espot asegura que Costa no mostró «rechazo» alguno
Al desmentido de la plataforma se le sumó el llevado a cabo en Twitter por el líder de Força Catalunya, Santiago Espot. En respuesta a las disculpas de Costa, el dirigente radical aseveró: «Estimado Josep Costa, estuvimos hablando dos horas y media y en ningún momento mostraste ningún rechazo ni sensación de incomodidad. Es más, en todo momento dejaste la puerta abierta para que los presentes se integraran en una marca electoral con posibilidades tener mayoría como sería JxCAT».
Costa, por otra parte, no solo recibió críticas por su reunión con la extrema derecha separatista, sino también apoyos. La primera que avaló públicamente la reunión del vicepresidente del Parlament fue la presidenciable de JxCAT, Laura Borràs, que aseguró ayer en Twitter que éste no tenía «nada por lo que disculparse». Luego, fue el expresidente Quim Torra quien salió en defensa de Costa aseverando que si alguien había «luchado con todas sus fuerzas para no desviarnos del mandato del 1 de octubre, es él».