Cataluña cuenta con 49 centros comerciales, algunos al aire libre como La Maquinista, Splau o Parc Vallès, entre otros, que cuentan con 3.700 tiendas, ya que más de 3.000 han cerrado sus puertas debido a las restricciones. De estas, el 85% son pequeño comercio, de menos de 300 m2. A raíz de la pandemia, este sector, que genera 70.000 puestos de trabajo (35.000 directos y 35.000 indirectos), únicamente ha trabajado 1/3, es decir 14 semanas, de lo que lo haría en un año normal. Las medidas del plan de desescalada anunciado por el Govern, en vigor a partir del 23 de noviembre, han dado al traste con la campaña de Black Friday y posiblemente con la de Navidad, dado que la reapertura se prevé para el 7 de diciembre en la fase 2. Una campaña que podría insuflar algo de oxígeno, en forma de liquidez y salida de stocks, a un sector que atraviesa una situación «dramática», desde el punto de vista económico, pero sobre todo social.
«Se debería tener en cuenta que aquí no solo hay grandes marcas y multinacionales. Buena parte de los comerciantes son autónomos que lo están pasando fatal», ha explicado Víctor García, portavoz de los centros comerciales de Cataluña, quien no entiende porque no se les aplican las mismas restricciones que al resto del comercio catalán. «El 85% de nuestras tiendas posee menos de 300 m2, por lo que podría abrir sin problemas, como cualquier tienda que está en la calle. Y el restante 15% lo podría hacer si se limita el aforo a 800 m2″, ha criticado.
Durante la primera fase de la desescalada, a partir del 23 de noviembre, las medidas del Govern para el comercio indican lo siguiente: se va a mantener el 30% de aforo en las tiendas de menos de 800 m2. Las que superen esta capacidad, podrán utilizar todo su espacio pero con un 30% del aforo. Por el contrario, los centros comerciales van a seguir cerrados, excepto los establecimientos de primera necesidad o los locales que tengan acceso directo desde la vía pública. A partir del 7 de diciembre, los centros comerciales podrán abrir con el 30% del aforo.
«Se debería tener en cuenta que aquí no solo hay grandes marcas y multinacionales. Buena parte de los comerciantes son autónomos que lo están pasando fatal»
Víctor García, portavoz de los parques y centros comerciales de Cataluña.
«Vemos graves incongruencias en las medidas»
Para García, no se puede esperar hasta el 7 de diciembre, ya que están en juego posibles abandonos de negocios y despidos, a raíz de los dos parones de actividad que ha experimentado el sector: el primero durante el estado de alarma y el segundo ocasionado por las restricciones del Govern. Igualmente, cree que existen «graves incongruencias» en las medidas que la Generalitat ha aprobado a través del PROCICAT: «De entrada, no generamos más movilidad, y más si se tiene en cuenta que ya existe un confinamiento perimetral. Dicen que pueden haber aglomeraciones y esto no es cierto. Desde la primera desescalada, hemos limitado el aforo al 20% y contamos con las herramientas necesarias para evitar aglomeraciones. Además, buena parte de los centros comerciales están al aire libre, por lo que deberíamos trabajar como lo hace cualquier comercio en la calle».
La reapertura del sector durante los meses de mayo y junio supuso una inversión de más de 30 millones de euros en medidas higiénico sanitarias y de seguridad por parte de los propietarios de centros y parques comerciales. Un gasto que se sumó a los 600 millones de euros destinados a EPIS por parte de las marcas presentes en los centros comerciales.
Además, asegura que se ha ido «más allá» de los protocolos de higiene y seguridad recogidos en el Plan de acción de centros comerciales y galerías comerciales, aprobado por el Govern. El plan contempla medidas de distanciamiento mínimo entre personas de 1,5 m, control de aforo, obligatoriedad de llevar mascarilla, disposición de geles hidroalcohólicos en los accesos, instalación de mamparas, refuerzo de la limpieza, medidas higiénico-sanitarias en accesos y zonas comunes y formación del personal y los colaboradores en prácticas de prevención. Asimismo, el control del aforo ha sido validado por los Mossos d’Esquadra y la policía.
La reapertura del sector durante los meses de mayo y junio supuso una inversión de más de 30 millones de euros en medidas higiénico sanitarias y de seguridad. Un gasto que se sumó a los 600 millones de euros destinados a EPIS
«No somos generadores de COVID-19»
El portavoz de los centros comerciales de Cataluña recalca que, según datos del Ministerio de Sanidad, el riesgo de rebrotes y contagios de coronavirus es de un 0,2% en el comercio en general, ya sea de proximidad o en centros comerciales. «No hay ningún indicador sanitario que nos considere generadores de COVID-19», ha puntualizado.
Como representante de los centros y parques comerciales catalanes pero también del resto del país, García piensa que las medidas anunciadas generan una gran inseguridad a los ciudadanos que optarán por comprar a través de internet. «Se está favoreciendo al ecommerce, hecho que afectará negativamente al comercio local. Por lo tanto, se va a generar un agravio comparativo con los grandes players del comercio electrónico», ha lamentado. Esta opinión también la sostienen otras entidades comerciales como Barcelona Oberta, la Asociación Catalana de la Empresa Familiar del Retail y Comertia.