Mañana viernes está prevista una nueva reunión entre el PSC, Units, La Lliga, y Lliures con el objetivo de acordar una lista común en las próximas elecciones autonómicas previstas para el 14 de Febrero 2021. En la anterior reunión el ambiente fue propositivo y cordial aunque la posición de Units, que ya ha anunciado que repetiría la fórmula del 21D de integración en la lista del PSC, y la de La Lliga, partidaria de una coalición electoral que visualice las diferentes fuerzas concurrentes, ya pusieron de manifiesto los diferentes matices entre los asistentes.
Desde entonces en el interior de La Lliga han crecido las reticencias al acuerdo debido al apoyo de Bildu a los presupuestos generales y al temor que los de Otegui pueden convertirse en socio preferente del Gobierno. Ello incomoda a un sector del partido, y de su entorno, que temen que el pacto, según las condiciones en que se produzca, pueda ser letal para su aspiración de articular en el futuro un espacio de centro no independentista en Cataluña. No olvidemos que La Lliga exploró inicialmente un pacto con Ciudadanos para conformar una coalición superadora de la división en bloques identitarios que corroe la sociedad catalana. Aunque esta opción quedó aparcada, no está definitivamente cerrada.,
Además, estos sectores consideran que los acuerdos del PSOE con Bildu, añadido a las cesiones a ERC, dificultan el objetivo inicial de la confluencia: atraer a los votantes de Ciudadanos que a día de hoy se decantan por la abstención, y que algunas encuestas cuantifican en 500.000, si la lista es vista como una lista socialista jugando el resto de fuerzas un papel muy secundario. También existen dudas que este planteamiento de frente de izquierdas en el gobierno español favorezca que los desencantados del ‘Procés’ provenientes de JxCat , en caída libre en las encuestas, voten una lista que se identifique en demasía con los socialistas por el temor que puede acabar formándose un Tripartito en Cataluña entre PSC, ERC y Comunes, no por negado por socialistas y republicanos, menos verosímil si la aritmética parlamentaria lo permite.
«Han crecido las reticencias al acuerdo debido al apoyo de Bildu a los presupuestos generales y al temor que los de Otegui pueden convertirse en socio preferente del Gobierno»
Por ello en la reunión de este viernes los representantes de la Lliga defenderán una fórmula que visualice la existencia de proyectos diferentes que se unen para conseguir el objetivo común de derrotar al independentismo y gobernar Cataluña. Pero preservando las expectativas futuras del partido que, por sus diferencias ideológicas, no son las de ser absorbidos por el PSC. Ha de quedar claro que es un pacto entre diferentes que se ponen de acuerdo en que durante la próxima legislatura lo prioritario es un gobierno no independentista y moderado con un programa basado en la reconciliación entre catalanes y la recuperación económica. Aparcando diferencias que, no obstante, no desaparecen. No se trata sólo de preservar la identidad de La LLiga como partido. También es una forma de conseguir un mejor resultado electoral, afirman las fuentes consultadas.
El encaje no será fácil pues lo socialistas también han de hacer frente a algunas disensiones internas de su corriente más izquierdista que no ve con buenos ojos un pacto con el catalanismo de centro.
En definitiva el acuerdo no puede descartarse, lo más probable es que acabe fructificando, pero tampoco darse por cerrado como parecía tras la reunión de hace quince días.
