Ante la proximidad de las elecciones del 14 de febrero, las estrategias de los distintos partidos adquieren perfiles más concretos. En el ámbito constitucionalista, tanto PP como Ciudadanos parecen haber descartado la posible alianza electoral de la que tanto se ha habló antes de que irrumpiese la pandemia. La estrategia de los primeros en la actualidad pasa por intensificar la presencia en Cataluña del líder del PP en Cataluña, Pablo Casado, en forma de visitas semanales, tal y como ha venido haciendo en las dos últimas semanas.
Estas visitas se centrarán no tanto en actos de partido como en reuniones sectoriales con grupos de importancia en la comunidad. En esta línea, la semana pasada Casado se reunió con el gremio de hosteleros y la anterior con el mundo empresarial. No se descarta que la próxima sea con el sector educativo, dada la trascendencia que el asunto lingüístico ha adquirido tras la eliminación del castellano como lengua vehicular en la ley Celaá. Otra decisión que sitúa el foco en Cataluña es que el congreso de Nuevas Generaciones, la facción juvenil de PP, se celebre el 23 y 24 de enero en Barcelona.
El PP rechaza el nuevo rumbo de Arrimadas
«Hace tan solo tres semanas eran impensables tantas visitas de Casado. La apuesta por potenciar a partir de ahora su presencia es clara», cuentan a Elliberal.cat fuentes del Partido Popular catalán. En lo referente a la posible coalición con Ciudadanos, estas fuentes señalan que «está todo muy frío, sobre todo desde que Arrimadas inició el acercamiento a Pedro Sánchez en el asunto de los presupuestos». «Por otra parte, Casado ya ha dicho de manera explícita que el candidato oficial en Cataluña es Alejandro Fernández, con lo que ese anuncio descarta implícitamente la opción de escoger un candidato de consenso para una coalición entre populares y naranjas», señalan.
Y es que la coalición despertaba recelo en los populares: «El plan de Ciudadanos era que el PP desapareciese y repetir los resultados de 2017, cuando ganaron las elecciones. Una propuesta poco generosa teniendo en cuenta que, en las últimas generales, nosotros obtuvimos más votos que ellos», relatan los populares. Más allá de lo anterior, en el Partido Popular están cada vez más convencidos de que la alianza con los liberales no constituye una jugada ganadora: «Es una suma que resta, pues entraña el riesgo de perder votos a izquierda y derecha. Por una parte, el votante de Cs en Cataluña es más de izquierda que en el resto de España, con lo que muchos votantes podían marcharse al PSC. Por el lado contrario, parte de nuestros votantes también podían irse a Vox».
Cs insiste en un frente junto al PSC
La coalición entre liberales y conservadores también parece desechada por Ciudadanos, que en los últimos tiempos han venido insistiendo en su propuesta de construir una coalición constitucionalista con el PSC y el PP. Sin ir más lejos, este mismo lunes Lorena Roldán recalcó que esta idea es la mejor fórmula para evitar más procés y otro tripartito y para que no «se pierda ni un solo voto constitucionalista». Pese a ello, dicha coalición parece poco probable, ya que todo apunta a que el PSC tratará de reeditar un tripartito con Esquerra Republicana.