Una evidencia de las elecciones americanas es que el sistema de votación y recuento español es una garantía de rapidez, transparencia y fiabilidad por lo que no debería ser tocado. Muchas cosas pueden ser cuestionables de nuestro sistema electoral, listas cerradas, circunscripciones provinciales, sistema de asignación de escaños, financiación de los partidos etc. Pero la limitación del voto por correo, la no existencia del voto telemático, el conteo en las mesas electorales con interventores o apoderados de los partidos, han funcionado con gran precisión y son garantía contra el fraude.
No se si los casos de fraude en las elecciones americanas son anecdóticos y si justifican o no la postura de Trump, pero ese no es el tema de este artículo. Lo que es evidente es que el voto por correo favorece la compra de votos, es mucho más sencillo asegurarse de que una persona ponga un determinado voto en un sobre en su casa, ya sea por dinero o por presiones de activistas, que acompañarlo a un colegio electoral y garantizar que su voto vaya en una dirección determinada. También favorece la sustitución de la personalidad del votante y otras formas de fraude.
Lo mismo con el voto telemático. Tenemos demasiadas experiencias al respecto. La realidad es que la manipulación informática esta al orden del día y es imposible de evitar al 100%.Además las posibilidades de presionar o sustituir la voluntad del votante en su casa es igual que en el voto por correo.
Por último que el recuento se haga en cada mesa con presidente y vocales por sorteo y con presencia de apoderados de los partidos ha demostrado agilidad y fiabilidad en el recuento.
«Que el recuento se haga en cada mesa con presidente y vocales por sorteo y con presencia de apoderados de los partidos ha demostrado agilidad y fiabilidad en el recuento.»
Po eso no hay que ceder ante las peticiones reiteradas de facilitar el voto por correo, por ejemplo que deje de ser rogado en el extranjero, o que se introduzca la votación telemática o que se cambie el sistema de recuento mediante sistemas informáticas que eliminen el conteo manual actual. La pretendida ampliación de las facilidades de voto se justifican en favorecer la participación. Hay otros sistemas si ese es el objetivo, pero más participación no puede ir nunca en detrimento de la transparencia.
A pesar de la polarización política, en España no ha habido problemas de fraude en las elecciones. Ni tan siquiera acusaciones. El sistema funciona. No lo toquemos o el riesgo de enfrentamientos y deslegitimación son muy altos, más en momentos de gran polarización política y social.