Ante el enorme impacto que la pandemia está ocasionando en la economía, los gastos del gobierno catalán en políticas de signo nacionalista son cada vez menos toleradas por una parte de la ciudadanía. Recientemente, supimos que el Govern proyectaba la creación de una Nasa Catalana para mandar dos satélites al espacio cuyo coste se situaba en los 18 millones de euros. Ahora, ha trascendido que la quincena de embajadores que la Generalitat mantiene en el extranjero disfrutan de un sueldo cercano a los 90.000 euros.
En concreto, el salario de estos trabajadores asciende a 87.546 euros brutos anuales cada uno, lo que representa un coste anual de 1,3 millones de euros. La cifra es el resultado de sumar el sueldo de los 15 delegados más el del delegado adjunto del Gobierno en la Unión Europea, Miguel Royo, que cobra casi 80.000 euros.
En cuanto al nombre de los embajadores, se trata de los siguientes: Meritxell Serret (Unión Europea), Marie Katinka (Alemania), Krystyna Schreiber (Europa Central), Daniel Camos (Francia), Luca Bellizzi (Italia), Sergi Marcen (Reino Unido e Irlanda), Rui Alvaro Sierra da Costa (Portugal), Francesca Guardiola (Países Nórdicos), Adela Cylwik (Países Bálticos), Eric Hauck (Balcanes), Ahmed Benallal (Túnez), Isidro Sala (Estados Unidos), David Poudevida (Argentina) y Lleïr Daban (México).
Tres nuevas ‘embajadas’
De otra parte, la Generalitat tiene previsto, según aprobó el pasado seis de octubre, abrir tres nuevas embajadas, que se sumarán a las quince que ya posee en el extranjero. La nuevas delegaciones abrirán sus puertas en las ciudades de Sídney, Tokio y Dakar.
¿Y cómo ha justificado el Govern el gasto que se realizará en cada una de estas tres ciudadades? En el caso de Australia, la Generalitat asegura que cada vez hay más catalanes haciendo su vacaciones allí, «tal y como demuestra el alto volumen de casos de catalanes gestionados desde este país durante la crisis de la Covid-19». Por lo que respecta a Japón, el gobierno catalán estima que la «apertura de la delegación es una consecuencia lógica de la relación histórica entre Cataluña y Japón los últimos 40 años». En cuanto a Senegal, mantiene que su sede en Dakar «servirá para potenciar la presencia institucional de Cataluña en África, concretamente al sur del Sahara».
Alquileres costosos
Cabe recordar que la Administración catalana nunca ha dado cuenta del gasto total de sus delegaciones en el extranjero. Sí se sabe que, en muchos casos, los alquileres de las sedes superan los cincuenta mil euros. En Nueva York, por ejemplo, la Generalitat llegó a gastarse más de cien mil euros en una oficina de lujo.