Los casos de positivos por COVID-19 en las prisiones catalanas se les escapan de las manos a la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima (SMPRAV) de la Generalitat. El pasado día 30 de octubre se daba a conocer un brote de coronavirus, con 36 positivos y el módulo 4 confinado, en el Centre Penitenciari de Ponent de Lleida. Tan solo tres días después, saltaba a la luz pública otro brote en el Centre Penitenciari Mas d’Enric (El Catllar, Tarragona), con 44 positivos y varios módulos aislados o confinados. Según ha podido saber El Liberal.cat, el Pavelló Hospitalari de Terrassa y la segunda planta de la enfermería del Centre Penitenciari Brians 2, donde se ingresa a los internos positivos, están completos. Además, y desde el pasado martes, el módulo de mujeres de Brians 1 ya cuenta con 40 internas confinadas.
Según fuentes de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO de Catalunya, la Administración no ha tomado ni toma medidas “reales y efectivas” para frenar la entrada del virus en las prisiones de la comunidad autónoma. “Ya habíamos avisado de que esto podía pasar, meses atrás. Solo han reaccionado tarde, y de manera insuficiente, cuando la enfermedad ya arrasa en los centros”, ha añadido Fernando Julio Carrera Buil, secretario de organización de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO de Catalunya. Carrera también ha reconocido que se podría haber habilitado la enfermería del centro penitenciario de Puig de les Basses (Figueres, Girona), afirmación que todavía no ha sido confirmada.
Mascarillas hechas con retales
A pesar de una interlocutoria del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), los trabajadores internos de los centros penitenciarios se hallan “desprotegidos” en cuanto a material básico de protección, ya que la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima les facilita mascarillas de tela no homologadas hechas en los talleres del CIRE (Centre d’Iniciatives per a la Reinserció), a pesar de que hay material homologado disponible en el mercado. “Resulta chocante que entren enfermeros equipados con EPIs y nosotros llevemos mascarillas no homologadas o caducadas de la época de la gripe aviar”, ha criticado Carrera. El portavoz de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO de Catalunya recalca que sí se facilitan mascarillas quirúrgicas homologadas a las familias de los internos. Incluso el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales reconoció explícitamente, y a instancia de CCOO, la falta de homologación de las mascarillas del CIRE, hechas con retales de batas médicas.
“Resulta chocante que entren enfermeros equipados con EPIs y nosotros llevemos mascarillas no homologadas o caducadas de la época de la gripe aviar”
Fernando Julio Carrera Buil, secretario de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO de Catalunya.
Estas mascarillas de retales no homologadas por la Asociación Española de Normalización (UNE), también las podrían estar recibiendo buena parte de los internos. En total, se necesitarían más de 12.000 mascarillas quirúrgicas diarias para atender las necesidades mínimas (estas mascarillas se deben cambiar cada cuatro horas) de trabajadores e internos en las prisiones catalanas.
Se mantiene el vis a vis, a menos que haya un brote
Desde el sindicato aseguran que la SMPRAV intenta “sortear” las medidas de restricción del Govern, como la resolución de Salut SLT/2700/2020, publicada el pasado jueves, que ordenaba el confinamiento perimetral de Cataluña y el municipal durante los fines de semana. En este sentido, la Secretaria justifica que dichas restricciones no se apliquen a las familias de los internos, residentes en municipios alejados de las prisiones en su mayoría, mediante una Nota interpretativa conjunta de la Secretaria de Mesures Penals, Reinserció i Atenció a la Víctima y de la Direcció General de la Policia. “Por lo tanto, la Secretaria se muestra partidaria de que todo siga igual en los centros, caiga quien caiga y pase lo que pase, incluido el vis a vis, auténtica autopista de entrada de la enfermedad en los centros”, ha añadido Carrera. Los vis a vis solo se suspenden en las prisiones con brotes declarados, como Ponent y Mas d’Enric. “Semanas atrás ya nos habíamos quejado de que habían abierto las comunicaciones vis a vis, por lo que entraban hasta cuatro familiares por interno. Para que te hagas una idea, cada módulo acoge a 100 personas que comen y viven juntas. Imagínate el número de contagios que se pueden producir”, ha alertado.
Igualmente, tampoco se implementa el teletrabajo al que se podrían acoger más de un millar de los 4.600 funcionarios de las prisiones, en opinión del secretario de organización de la Agrupación de Personal Penitenciario de CCOO de Catalunya. “Una parte importante de las tareas de los compañeros de tratamiento y oficinas, como la redacción de informes, los podrían hacer desde casa. Meses atrás, durante el confinamiento, sí se dividía a la gente por grupos para evitar contagios. Ahora la Secretaria se muestra contraria a adoptar esas medidas, y sigue inmersa en una aparente normalidad”, ha subrayado.
En consecuencia, y desde el pasado mes de marzo, 1.423 trabajadores han sido baja laboral por ser positivos de COVID-19 o haber estado en contacto estrecho con un positivo. Desde CCOO han solicitado, sin éxito por parte de la SMPRAV ni del Departament de Justícia, la realización urgente y con carácter periódico de pruebas PCR y serológicas a todos los empleados penitenciarios. Desde el pasado mes de junio, Salut no hace PCR a los funcionarios, solo a los internos de vez en cuando, a pesar de las cautelares del TSJC, en su momento. «Si hay un brote, entonces sí te dan mascarilla homologada. Incluso te pueden mandar al CAP para que te hagan la prueba y te aíslan en casa».