En estos días oscuros y de restricciones, los ciudadanos han optado masivamente por realizar salidas al aire libre en su tiempo de ocio. Parques naturales y playas han sido la válvula de escape para muchas familias.
Los desplazamientos han sido tan masivos que las autoridades se han visto obligadas a imponer restricciones en los accesos a algunos espacios naturales, para gestionar la saturación de visitantes. Una noticia que nos invita a la reflexión por muchos motivos.
Ya sabemos que los grandes espacios al aire libre son entornos seguros ante la pandemia del coronavirus y un elemento central para la salud (fisica y mental) de las personas. Volver a poner en valor nuestros espacios naturales es una de las pocas cosas positivas que podemos sacar de esta pandemia. No lo despreciemos.
Debemos priorizar políticas públicas que impulsen la renaturalización de parte del territorio
Preservar nuestros espacios naturales es una necesidad vital de nuestra sociedad y una obligación moral hacia las nuevas generaciones. Los diversos gobiernos han hecho parte de los deberes, con un amplio catálogo de espacios naturales con diversos grados de protección. Pero no es suficiente. Debemos ser mucho más ambiciosos y priorizar políticas públicas que impulsen la renaturalización de parte del territorio que hemos destruido. Ampliar nuestros espacios naturales es una prioridad.
Y no debemos olvidar las áreas agrícolas que también tienen un valor ecológico y paisajístico innegable, al que debemos prestar más atención. No pueden ser la puerta de atrás de las grandes áreas metropolitanas.
Otra pieza fundamental del puzzle medioambiental es la preservación de nuestros mares y aquí también nos queda mucho trabajo por hacer. Empezando por reducir la contaminación marítima con mejores sistemas de depuración, estableciendo áreas de protección marina y revertiendo parte de la sobreedificación del litoral.
No sé si los parques son la alternativa a los confinamientos que estamos condenados a sufrir estos días, pero sin duda son imprescindibles para nuestra salud física y mental
Además los espacios naturales también nos ofrecen oportunidades de desarrollo socio económico alineado con la sostenibilidad. El más evidente es el de transformar parte del turismo de borrachera en visitantes de nuestros parajes naturales. Otras oportunidades aún están por explorar. Por ejemplo con la irrupción del teletrabajo, toma sentido pensar en una reorganización demográfica racional de la población ¿si trabajas en casa, porque no vivir junto a un espacio natural?
No sé si los parques son la alternativa a los confinamientos que estamos condenados a sufrir estos días, pero sin duda son imprescindibles para nuestra salud física y mental. Potenciar los espacios naturales es parte de la solución a la crisis que estamos viviendo y una apuesta segura por un futuro mejor.