Los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) con coronavirus suponen un 52% del total de ingresados en estas unidades, circunstancia que no se producía desde marzo y abril, ha explicado este viernes en rueda de prensa el secretario general de Salud de la Generalitat, Marc Ramentol. «Ya estamos por encima del 50%», ha dicho Ramentol, con 447 de las 887 camas ocupadas actualmente, y ha afirmado que las UCI catalanas se encuentran actualmente al 85% de su nivel de ocupación.
Ramentol ha subrayado que también están aumentando los ingresos por coronavirus en planta, las atenciones en urgencias y las consultas en Primaria de sospechas, pese a que se está produciendo una ralentización en el aumento de casos: «La desaceleración no se está notando en la red asistencial. No estamos notando una disminución de la presión asistencial» todavía por las medidas tomadas el 15 de octubre.
Ha señalado que no se están produciendo grandes desprogramaciones en los centros, pero ha advertido de que a partir de 450 pacientes en las UCI a nivel general el riesgo es «remarcable», a partir de 600 sería muy probable y que si se alcanza los 900 implica acciones de desprogramación en los centros, que, ha dicho, están preparados para ello. Ramentol ha explicado que no se quiere alcanzar esas cifras, aunque se tenga capacidad de escalar el número de camas UCI, para no tener que pagar el «peaje» de que incida en la programación al margen del covid.
El coordinador de la unidad de seguimiento de COVID-19, Jacobo Mendioroz, ha explicado que se está ralentizando el aumento de casos, pero ha advertido de que «desaceleración es crecimiento», aunque ha señalado que es una buena noticia, dentro de la gravedad, que la velocidad de propagación (rt) baje. Mendioroz ha sostenido que el hecho de que haya una mejor evolución de la curva de contagios «no resta gravedad a la situación», y ha abogado por la concienciación de la ciudadanía ya que el número de casos diario continúa siendo preocupante.
Medidas contundentes y necesarias
Ramentol ha dicho que las medidas tomadas eran un paso contundente y necesario para doblegar la curva y reducir la incidencia y, preguntado por un eventual confinamiento domiciliario, ha dicho que esta sería la última opción y no se quiere llegar a ella, pero que la propuesta, en caso necesario, «no sería la misma» que en marzo. Mendioroz ha añadido que si se produce un repunte en el crecimiento disminuido actual se tendrá que ir hacia medidas más duras, y ha dicho que las mejores son «las que la gente cumple», y ha recordado que la epidemia tendrá un recorrido largo.
El secretario general de Salud ha explicado que se comenzará a plantear acciones de desescalada cuando se tenga la constancia de que se ha llegado al pico de contagios y se produzca de «manera sostenida» una distensión de la situación asistencial, y que se tiene que dar tiempo a evaluar cómo impactan las medidas aplicadas. Ramentol ha afirmado que ahora se está en unos 5.500 casos diarios y que no se han fijado una cifra aceptable con la que poder iniciar acciones de desescalada ya que depende de muchos aspectos, a lo que Mendioroz ha añadido que «una cifra aceptable es 0».