La consellera de Presidencia de la Generalitat, Meritxell Budó, ha admitido que una de las opciones que están sobre la mesa es el confinamiento de fin de semana. En una entrevista en Catalunya Ràdio este lunes, ha asegurado que los sábados y domingos es cuando hay más interacción y ha admitido que empieza a haber tensión en el sistema sanitario.
Sobre el decreto de estado de alarma aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez, ha asegurado que «se queda corto y no es suficiente», además ha declarado que «no es lo que el presidente nos dijo».
Ha concretado que el decreto de estado de alarma no permite al Govern la posibilidad de pedir la obligatoriedad del teletrabajo, ni en el caso de que decidiesen «alguna medida que comportase confinamiento domiciliario».
«No nos da toda la cobertura jurídica para tomar decisiones necesarias sin tener que pedirlas al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) o al Gobierno», ha insistido Budó, que ha asegurado que no ha habido voluntad por parte del Gobierno para aprobar una legislación para tomar estas medidas sin necesidad de un estado de alarma.
Carencia de medidas económicas
También ha criticado que la publicación del decreto no haya venido acompañado «de las medidas económicas compensatorias correspondientes«, y ha dicho que aún están a tiempo de dotarse de las herramientas necesarias y que lleguen recursos económicos para soportar las medidas de contención del virus.
Sobre la primera noche en que se ha aplicado el toque de queda en Cataluña, Budó ha afirmado que no le consta que haya habido incidencias, y ha celebrado que la gente haya actuado de manera responsable y ha entendido que había que cumplirlo.
Ha recordado que esta primera noche no ha habido sanciones, pero que a partir de este lunes se multará a quien incumpla para garantizar que esta medida sea efectiva: «Debemos de ser capaces de hacerla posible para que dure el menor tiempo posible».
Elecciones autonómicas
Sobre las elecciones en Cataluña el 14 de febrero, la consellera ha asegurado que el Govern está trabajando para poder celebrarlas, garantizar el derecho de voto de todo el mundo y que haya medidas sanitarias de higiene y protección de los votantes y de quienes trabajen ese día.
«Si no podemos garantizar el derecho a voto de todo el mundo o si la situación pandémica recomienda retrasar estas elecciones, pues tomaremos las decisiones que toque», ha destacado Budó, que ha insistido en que trabajan con el escenario de poder celebrarlas y están estudiando el protocolo y si habría que modificar o no la ley electoral.