El Govern ha aprobado este domingo a través del PROCICAT nuevas medidas para intentar hacer frente a la segunda ola de la pandemia del COVID-19. Lo hace amparado por el nuevo decreto de estado de alarma al que el Consejo de Ministros ha dado su visto bueno también este domingo y que contempla restricciones a nivel nacional hasta el próximo 9 de mayo.
En el caso de Cataluña, el nivel de gravedad de la pandemia es extremo, al casi duplicar los 250 casos por 100.000 habitantes. En esta situación, el Ejecutivo presidido de forma interina por el republicano Pere Aragonés podría llegar a declarar el confinamiento domiciliario de la población. Pero, de momento, las medidas anunciadas no pasan por esa decisión.
De este modo, a partir de este lunes, los catalanes deberán respetar un toque de queda que va de las 22.00 a las 6.00 horas. Habrá, eso sí, excepciones: asistencia sanitaria de urgencia, adquisición de productos farmacéuticos de urgencia y en establecimientos cercanos al domicilio, desplazamientos por motivos laborales con certificado de empresa, desplazamientos de profesionales y voluntarios de servicios esenciales, actuación ante órganos judiciales, retorno al lugar de residencia habitual en caso de viaje y otras causas de fuerza mayor u otra situación de necesidad justificada. En este apartado se contempla, además, que quienes deseen sacar a pasear a sus mascotas a partir de las 22.00 horas podrán hacerlo, pero entre las 4.00 y las 6.00 horas.
Comercios y restaurantes, cerrados a las 21.00 horas
Las nuevas medidas afectarán también a los horarios de los servicios comerciales y a domicilio. Todos ellos estarán obligados a echar el cierre a las 21.00 horas. Las actividades culturales se mantendrán hasta las 22.00 horas, algo que no tiene mucho sentido considerando que el toque de queda comienza justo a esa hora y que no se contemplan como excepción.
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha presentado estas nuevas medidas y ha lamentado que el decreto de estado de alarma no sea tan amplio como le hubiera gustado al Govern. En este sentido, Sàmper ha explicado que para el Govern era importante tener «la posibilidad de restringir derechos fundamentales de forma excepcional«. Ello a pesar de que el decreto sí permitirá a las comunidades decidir sobre confinamientos perimetrales y aplicar «medidas extremas» que podrían consistir en nuevos encierros domiciliarios. No obstante, estas medidas deberán llevarse a la Comisión Interterritorial de Sanidad, en la que se pondrá en marcha la llamada «cogobernanza» entre el Estado y las autonomías.
Sàmper, de todos modos, ha intentado tranquilizar a los catalanes asegurando que el Govern intentará gestionar esta nueva ola de la pandemia «de forma distinta» porque, según ha recogido Europa Press, el Ejecutivo presidido por Pere Aragonés es «consciente del desgaste psicológico que supuso para la ciudadanía la primera ola». «El Govern de la Generalitat empatiza con todos los catalanes«, ha subrayado el titular de Interior, «lo estamos pasando todos, lo están pasando ustedes muy mal. La situación es crítica y la vacuna no llega».