La campaña del secesionismo contra el uso del castellano en Cataluña se está extendiendo a todos los ámbitos de la vida pública, incluso a los más insospechados. Después de que en verano la exconsejera de Cultura de la Generalitat, Mariàngela Vilallonga, denunciase que veía «demasiado castellano» en TV3 o que un colaborador de éste mismo canal asegurase el mes pasado que los políticos que hablan en español en el Parlament lo hacen «para joder», ahora le ha llegado el turno a las mascarillas etiquetadas exclusivamente en castellano.
El autor de la denuncia ha sido el sindicato separatista Intersindical-CSC, que ha llamado la atención a Educació por la adquisición mascarillas etiquetadas en español y no en la única lengua vehicular de los colegios de Cataluña: el catalán. Así, en una publicación de Facebook del pasado 18 de octubre, el sindicato nacionalista mostraba la imagen de un cubrebocas etiquetado en español y se preguntaba: «¿Así se cuida el tejido comercial de proximidad catalán y la lengua, Departamento de Educación?». A continuación, criticaba que Educació adquiriese máscaras higiénicas «compradas fuera de Cataluña y no etiquetadas en catalán», así como que «centros educativos y concertados» hicieran publicidad de Amazon para «ganar dinero».
Convocó los «paros de país» en 2017 y 2019
La Intersindical-CSC es un sindicato «republicano y de clase» con especial presencia en la Administración catalana, donde es mayoritario. El salto lo dio en octubre del año pasado en las elecciones sindicales de personal administrativo de la Generalitat, cuando pasó de cuatro delegados a 36, superando así a CCOO (30) y UGT (29). La entidad secesionista también es conocida por haber convocado los «paros de país» de 2017 y 2019, y porque su secretaría general la ocupaba hasta hace tres meses el exterrorista de Terra Lliure Carles Sastre, condenado a 30 años de cárcel por el asesinato de un empresario en 1977.
Sería cómico si no fuera cierto. El nacionalismo catalán esta impregnado de un odio tan profundo a España y a la lengua común q deja resquicio al sentido común. Recordar que esta intersindical la dirige un terrorista de Terra lliure condenado por asesinato.
Despreciables.