Que de enero a junio de este 2020 se han producido 93 okupaciones de pisos en Lleida a pesar del confinamiento es un hecho. Que esto representa un incremento del 9% respecto al año anterior (un crecimiento solo menor al de Barcelona), y que consolida una tendencia ascendente de este delito a lo largo de los últimos años también. La okupación de viviendas es un problema cada vez más grave y hay que trabajar para encontrar soluciones a corto y medio plazo, ambas. Por ello, en el pasado pleno nuestro grupo presentó un plan de lucha contra la okupación, con una serie de medidas que se podían llevar a cabo desde nuestro ayuntamiento. Fue rechazado en su mayor parte.
La respuesta del responsable de vivienda del tripartito fue decir que estábamos pagados por los poderosos y estábamos al servicio del IBEX-35. Y que la okupación no es delito. Y lamentar la violencia que se había empleado en un desalojo producido ese mismo día (9 de octubre). Los cachorros de ERC, autodenominados Jovent Republicà, nos dedicaron un artículo parecido, en el que terminaban diciendo que «la única vía viable para garantizar el derecho a la vivienda es una República catalana donde tener un techo no sea objeto de la especulación sino que los poderes públicos la garanticen» y que «el agravio recae en la propiedad privada, que no asegura una casa para todos sino sólo para quien se la puede pagar».
Mientras tanto, en el mencionado desalojo del 9 de octubre, se informaba que dicho piso estaba okupado por 3 personas y 48 animales. Y aquí, señores, es donde radica el problema (y no en la propiedad privada): en la simplificación de las opiniones y de los puntos de vista. Tanto el concejal de vivienda de nuestro ayuntamiento como las juventudes de ERC son presos de sus visiones binarias, y por ello no son capaces de afrontar un problema en el que, en principio, ya han tomado parte de forma inamovible. O blanco o negro. Y si estas ideas se pueden resumir en un tweet, mejor que mejor, que así el comentario es más contundente.
Mientras sigamos teniendo personas que hacen políticas que caben en un solo tweet los problemas no desaparecerán
Como si la okupación no fuera un delito sumamente complejo en el que hay muchos afectados y solamente unos pocos lucrados (generalmente delincuentes). Como si solamente se tratara de un problema entre okupante (con todas sus tipologías) y propietario (con todas sus tipologías), en el que los vecinos del bloque, de la manzana y del barrio no tienen nada que decir. Como si no hubiera problemas sociales, económicos y legales de por medio. Como si la okupación, para estos individuos, pudiera ser solución a todos los problemas.
De ahí nuestra propuesta de Plan Municipal contra la okupación. Para atender a cada caso con la atención debida. Para atender al propietario que ve como le están usurpando la vivienda, viva o no en ella. Para gestionar la situación de aquellas personas que, por necesidad, no han tenido más remedio que okupar (lo que constata el fracaso de la política de vivienda de nuestra ciudad). Para atender y solucionar los problemas de aquellos vecinos que tienen que soportar 48 animales en un solo piso, pero también los impagos de la comunidad y problemas con el agua, la luz, de convivencia, de degradación del edificio y de la zona, etc. Y para luchar contra aquellos desalmados que quieren hacer negocio con la okupación de viviendas.
Pero, mientras sigamos teniendo personas que hacen políticas que caben en un solo tweet los problemas no desaparecerán.