El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha sugerido una posible absolución de la exdiputada de la CUP, Anna Gabriel. Tras absolver a Mireia Boya, ha reflexionado que «lo que se decida respecto de ella podría tener consecuencias respecto de otros procesados (…) pendientes de ser juzgados», lo que ha sido entendido como una alusión al caso de Gabriel.
Pese a ello, Gabriel permanecerá en Suiza pese a que actualmente no exista una acusación contra ella —recordemos que el juez Pablo Llarena solo la acuso en 2018 de «desobediencia», delito que no acarrea penas de prisión—. Esto es así, según el Comité de Solidaridad con Anna Gabriel, porque la diputada tendría miedo de que en caso de regresar a España se le acusase de un delito «distinto del de desobediencia». De esta manera, argumentan que «mientras Anna Gabriel no comparezca en la causa ante el TS» no puede producirse una «acusación contra ella».
Sigue declarada en rebeldía por el Supremo
«Así pues el mensaje del Supremo es muy nítido: Anna Gabriel ha sido declarada en rebeldía y como tal se debe entregar a las autoridades competentes, a manos de la Policía Nacional o de la Guardia Civil, y ser trasladada al Supremo para declarar ante el juez instructor», señalan desde el citado Comité. «Sólo en ese momento», alegan, «se podrá proseguir la causa presentada contra ella, y valorar entonces la responsabilidad criminal que pueda derivarse de una eventual actuación delictiva de naturaleza pública».
Desde que Anna Gabriel reside en Ginebra, varios reportajes dan cuenta de su nueva vida en la ciudad suiza. En ellos, se relata que la exdiputada separatista, que ha adoptado una imagen más ortodoxa de la que lucía en España, goza de un permiso de residencia de cinco años en el país y trabaja en una oficina de abogados laboralistas con un trabajo estable.