Si algo caracteriza al curso escolar 2020-2021, es la mayor precariedad que experimenta el personal externalizado vinculado al mundo educativo, y que representa a 20.000 trabajadores/as en Cataluña (monitores, personal del comedor, acogida, cuidadores/as, extraescolares y de apoyo a las guarderías), a raíz de la crisis sanitaria. Para hacerse una idea, un 92,5% del personal de los comedores educativos catalanes ha sufrido cambios organizativos con el inicio del curso escolar, debido a las dificultades para mantener la distancia de seguridad y los grupos burbuja, siguiendo los protocolos establecidos por el Govern. En general, estos trabajadores (la mayoría mujeres) experimentan más tensión, responsabilidades y sobrecarga de trabajo -ya que se añaden tareas de limpieza, desinfección y control de los espacios, intentando que no se mezclen niños de diferentes grupos burbuja- que no había en cursos anteriores. Esta rutina agobiante la llevan a cabo con, prácticamente, el mismo personal que en cursos anteriores, según casi el 83% del total.
Estas son algunas de las conclusiones del informe elaborado con las respuestas de 555 trabajadoras de 400 centros educativos catalanes, recogidas entre los días 21 y 30 de septiembre, por parte de la Federación de Educación de CCOO Catalunya.Un 69,7% de las respuestas de esta encuesta corresponde a trabajadoras del comedor, un 17,5% a cuidadoras, un 10% a personal de apoyo educativo en las guarderías, un 1,5% a servicio de acogida y un 0,7% a monitores/as de extraescolar.
«Deficiencia en los protocolos del Departament d’Educació»
«Queremos denunciar la deficiencia de los protocolos marcados por el Departament d’Educació en cuanto a la gestión de los casos de COVID-19. A monitores, cuidadores y personal del comedor no se le considera ‘de contacto estrecho’. Cuando se confina a un grupo, no se les hace la prueba PCR y tampoco se les aísla», ha criticado Cristina Broto, del Sector del Ocio Educativo y Sociocultural de la Federación de Educación de CCOO Catalunya. Aunque no disponen de cifras al respecto, ya que cuando se recabaron las respuestas había pocos casos de contagio, Broto admite que la situación «les preocupa»: «No existe trazabilidad alguna, excepto en aquellas escuelas donde la directiva pone énfasis e introduce a los monitores en los protocolos seguidos en el centro. Solo en estos casos, se les llega a confinar si se diera el caso».
Broto ha insistido en que no comparten la decisión del Govern, ya que monitores, cuidadores y, sobre todo, personal del comedor, tienen un contacto muy estrecho con los niños por el ámbito en el que trabajan. «En el comedor, los alumnos no suelen llevar mascarilla mientras comen. Además, si son muy pequeños, cuesta mantener la distancia de seguridad. Así lo ha asegurado durante la rueda de prensa telemática en la que se ha dado a conocer este informe. Junto a Cristina Broto han intervenido Celeste Attias, responsable de Acción Sindical de Sectores Privados, Gemma Martínez, también de la misma sección que Broto, y Toni Mora, secretario de Política Territorial, Acción Social, Barcelonés y Migraciones de CCOO.
«Queremos denunciar la deficiencia de los protocolos marcados por el Departament d’Educació en cuanto a la gestión de los casos de COVID-19. A monitores, cuidadores y personal del comedor no se le considera ‘de contacto estrecho’. Cuando se confina a un grupo, no se les hace la prueba PCR y tampoco se les aísla«
Cristina Broto, Sector del Ocio Educativo y Sociocultural de la Federación de Educación de CCOO.
Mascarillas no homologadas
«Respecto a los EPIS, existe una preocupación generalizada por la entrega de mascarillas de tela reutilizables, muchas veces no homologadas y sin saber hasta qué punto protegen o no. Es más: durante la primera semana del curso escolar, el 95% de las trabajadoras del comedor no habían recibido una mascarilla, aunque en algunos casos esta situación se ha revertido. Al no poder mantener la distancia de seguridad, la preocupación aumentaba entre las trabajadoras», ha asegurado Gemma Martínez, del Sector del Ocio Educativo y Sociocultural de la Federación de Educación. Además, un 71,18% del personal de apoyo a las guarderías no comenzó el curso en el horario habitual a lo largo del pasado mes de septiembre, por lo que se van a ver obligados a recuperar esas horas durante el curso escolar.
Desde CCOO también avanzan que estudian, junto con la patronal, cómo hacer llegar los EPIS adecuados al riesgo que asume el colectivo de cuidadores infantiles, incluso con necesidades especiales, y de los que todavía carecen.