Quim Torra tiene prácticamente decidido instalar su oficina de expresidente en Girona, y una de las opciones que baraja, según el Diari de Girona, es Casa Solterra, un edificio noble del siglo XV, de tres plantas, sito en calle Ciutadans 18.
En esa casa se hospedaron, una noche de 1493, los Reyes Católicos cuando iban de camino a tomar posesión de los condados de Rosellón y Cerdaña, que habían estado diez años ocupados por el Rey de Francia.
Actualmente es sede del servicio territorial del Departamento de Cultura y al parecer debe tener espacio de sobra para «una oficina adecuada a las responsabilidades y funciones desempeñadas» por un ex presidente, como dispone la ‘Ley 6/2003, del Estatuto de los ex presidentes de la Generalidad’.
Se da la circunstancia que un local que forma parte de Casa Solterra sirve como residencia a unos okupas que han provocado serios problemas a vecinos y transeúntes.
Informaba también el Diari de Girona, en junio pasado, de las quejas que se estaban produciendo (aunque con una redacción algo confusa):
«Cada mañana aparecen orines en varios puntos visibles de la calle por la marca que dejan y por el fuerte hedor que desprenden y objetos arrojados y esparcidos en la vía pública o en la entrada del edificio.»
La capacidad de reacción de la Consejería de Cultura quedaba demostrada en este párrafo:
«Fuentes de la consejería han señalado que en el momento que “se tuvo conocimiento de la ocupación del local” el departamento “hizo la pertinente denuncia en la comisaría de los Mossos, pidiendo las actuaciones jurídicas necesarias para dejar libre el local”. En este sentido, apuntan que ahora están “a la espera de la resolución judicial”. “Es un local que estaba cerrado y pendiente de obras de reforma”, apuntan.»
A dicho local se accede por la Pujada de Sant Martí, y está enfrente de una iglesia y cercano a la sede de la Diputación Provincial y al CaixaFòrum Girona. En pleno centro histórico y ruta habitual de visitantes y turistas, aunque en estos momentos sean prácticamente inexistentes.
Si la administración autonómica y local parecían y siguen pareciendo incapaces de resolver el problema, pocas esperanzas pueden albergar los propietarios que ven sus casas ocupadas y sus bienes destruidos.
Tal vez la resolución del problema esté cercana, si finalmente Quim Torra se instala en Casa Solterra.