Felipe VI viajará el próximo viernes a Barcelona para participar en la entrega de premios de la Barcelona New Economic Week. Lo hará acompañado del presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y en un momento en el que el separatismo catalán lleva a cabo una intensa campaña contra la monarquía española, liderada por la entidad Òmnium Cultural, cuyo presidente, Jordi Cuixart, cumple condena en prisión por el referéndum ilegal del 1-O.
Como era de esperar, los líderes del procés no han perdido la oportunidad de calentar el ambiente con motivo de la visita real. Así, el presidente interino de la Generalitat, el republicano Pere Aragonés, ya ha anunciado que no asistirá a este evento, a pesar de ser también el responsable de Economía del Govern. Según recogen medios separatistas, Aragonés ya declinó su participación en este acto antes de conocerse que sería presidido por el monarca. Un rechazo que se mantiene ahora que se sabe que será el principal invitado a la entrega de premios.
El de Aragonés es un nuevo desaire a sumar en la larga lista de desprecios de la Generalitat a la Casa Real. Desprecios que se manifiestan sobre todo a través de redes sociales, en las que es habitual encontrar mensajes en los que se acusa a los Borbones de, entre otras cosas, corrupción o vinculación con la dictadura de Francisco Franco. Un buen ejemplo de ello es el tuit publicado este domingo por el ex presidente Quim Torra en su cuenta de Twitter: «Dos meses de la fuga del rey emérito Juan Carlos, autor de prácticas de corrupción colosales. El mayor fraude del régimen del 78. Una fuga amparada por el Gobierno de PSOE-Podemos-Comunes y silenciada por los medios del establishment, de la que nadie asume ninguna responsabilidad. Vergüenza».
Borrar del mapa la monarquía
El Rey, por otro lado, llega a Barcelona en plena campaña de Òmnium contra la monarquía. Una campaña que se desarrolla ahora bajo el lema Esborrem-la del mapa y que tiene como objetivo «promover el cambio de nombre de calles y la retirada de estatuas y medallas que aún ostenta la monarquía borbónica». La campaña comenzó el pasado día 3, coincidiendo con el tercer aniversario del discurso de Felipe VI contra el independentismo, dos días después de la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Desde Òmnium quieren también «denunciar el fraude democrático que supone la Corona». Para los integrantes de la entidad presidida por el condenado Jordi Cuixart, el discurso de octubre de Felipe VI en 2017 fue «vergonzoso y lamentable» y «dejó claro a los ojos del mundo que el Estado español está dispuesto a todo, incluso a vulnerar abiertamente derechos humanos, para proteger la unidad de una España corrupta y con graves carencias democráticas».
Al rechazo institucional hacia Felipe VI se sumará también el de las bases separatistas, con organizaciones como los CDR o Acabem la Partida liderando las convocatorias contra el monarca. Convocatorias que, de momento, no se han concretado ni en hora ni en lugar pero que presumiblemente serán de índole violenta. En redes como Twitter, los CDR han lanzado numerosos mensajes llamando a la participación de los separatistas, mostrando imágenes de hogueras, retratos del rey incendiados o una guillotina que pasearon el pasado sábado por Barcelona rodeada de cabezas de cerdo ensangrentadas.