Dos semanas después de haber comenzado el curso en Cataluña son ya 26.030 los alumnos confinados por haberse registrado casos positivos de COVID-19 en las aulas. 1.614 docentes y 264 trabajadores externos se encuentran en la misma situación, tras el confinamiento de 1.201 grupos en los centros educativos. Con respecto al total de grupos creados para este curso por el Departamento de Educación, son tan solo el 1,67%. Sin embargo, la cifra no deja de incrementarse y entidades como la Associació de Famílies per a la Revolta Educativa (AFRE) contemplan con algo más que preocupación el día a día de los colegios catalanes.
La entidad presidida por Sesa Cameán ha calificado como «grave» la situación. Además, ha denunciado que se están registrando «intimidaciones» y «coacciones concretas e individualizadas» a los centros escolares y a las familias que «están poniendo todo su esfuerzo en garantizar la salud del personal docente y no docente y de los niños». Por ello, la asociación se ha puesto a disposición de los afectados para que denuncien estos supuestos hechos.
AFRE también ha señalado la situación «crítica» de los centros de atención primaria catalanes. Una situación que, según la asociación, está afectando especialmente a las aulas y que ha llevado, aseguran, a Salud a «dejar los cribajes y la realización de pruebas en manos de una ONG«. Algo que consideran que es «una ofensa tanto a las familias como a los profesionales de la salud».
Transmisión instraescolar del virus
La entidad asegura, por otro lado, que se está detectando «transmisión intraescolar» del virus. Algo que consideran «una negligencia» y que creen que debería «sensibilizar y movilizar a toda la ciudadanía». Reclaman, además, el «cierre inmediato» de los centros que tengan más de dos grupos de alumnos confinados, tal y como se acordó con Educación el pasado 13 de agosto. De no ser así, AFRE «comunicará esta inacción a la Fiscalía General del Estado por la comisión de delitos entre los que se encuentran la omisión del deber de socorro y lesiones imprudentes, entre otros».
AFRE ha pedido a todos los consejos escolares catalanes reuniones urgentes para analizar la situación y saber si pueden o no aplicar las medidas de seguridad contra la pandemia. El objetivo es conocer de primera mano la situación de las aulas y, en caso necesario, exigir a los centros que pidan a Educación el cierre.
La asociación, finalmente, pide a las familias que valoren «si quieren asumir un riesgo que se puede evitar con organización y recursos» o si «continuarán obedeciendo un planteamiento que solo beneficia a unos cuantos». «Solo vaciando las aulas«, han indicado en una nota de prensa, «conseguiremos que la educación tengan sentido y que se haga en seguridad y con calidad».