A principios del pasado mes de julio, CCOO Indústria de Catalunya denunciaba que la dirección del matadero Maper Carns, situado en Sabadell (Barcelona), obligaba a sus trabajadores/as a intercambiarse algunos de los equipos de protección individual (cascos, arneses y gafas de protección). Ello ponía, y pone en riesgo, la seguridad y la salud de las personas que trabajan en la instalación (tan solo hay que tener presentes los rebrotes que se han producido este verano). Además, no se puede obviar que el riesgo de contagio se multiplica por 20 en la industria cárnica según un estudio de la universidad londinense Imperial College of Science, Technology and Medicine.
Incumplimiento de las normas de seguridad
A pesar de las jornadas de huelga convocadas a mediados de julio, la empresa ha seguido sin cumplir las medidas básicas de seguridad e higiene. Las consecuencias salen a la luz ahora: el matadero se ha visto obligado a parar la actividad, ya que se han registrado 53 casos de contagio por COVID-19 en la sección de matadores.
Además de obligar al intercambio de EPIS, la dirección de la empresa no ha tomado ninguna medida para mantener la distancia social en los espacios comunes (comedores, vestuarios, etc.), imprudencia que ha derivado en la cincuentena de contagios por COVID-19. Ante semejante panorama, CCOO amenaza con emprender las acciones sindicales y legales oportunas para obligar a la empresa que cumpla con las medidas de seguridad y salud necesarias para que no se ponga en riesgo, de nuevo, la salud de los empleados y sus familias.
Además de obligar al intercambio de EPIS, la dirección de la empresa no ha tomado ninguna medida para mantener la distancia social en los espacios comunes (comedores, vestuarios, etc.), imprudencia que ha derivado en la cincuentena de contagios por COVID-19
Mayor riesgo de contagio que en otras actividades industriales
El caso de Maper Carns se suma al de otros mataderos donde se han detectado casos de contagio como el de Avinyó (Bages), donde 10 empleados dieron positivo tras una fiesta de cumpleaños celebrada en una cafetería. Como ya hemos comentado, un estudio de la Imperial College of Science, Technology and Medicine arroja luz sobre los motivos que convierten a las salas de despiece de carne en focos de contagio del COVID-19. Los resultados preliminares de este estudio determinan que la falta de distancia física en el lugar de trabajo, las bajas temperaturas y la ventilación insuficiente propagan la enfermedad, multiplicando por 20 el riesgo de contagio.
“Desde hace meses, sabemos que el riesgo de contagio en el sector cárnico es mayor que en otras actividades industriales. Si partimos del estudio, el frío es uno de los factores clave que facilitan la transmisión del virus. A eso, le añadimos la falta de ventilación y la carencia de filtros en los conductos del aire. De esta manera, el virus se disemina con facilidad por estos conductos, infectando vestuarios, comedores y vehículos”, explicaba Alicia Buil, secretaria sector Alimentación, Bebidas y Tabaco de la UGT Fica, a El Liberal. cat, al darse a conocer este estudio así como la elaboración de una guía protocolo de recomendaciones de emergencia sanitaria específica para la industria cárnica en la que trabajan desde principios de julio.