La que parecía que iba a ser una noche de altercados graves en Barcelona ha quedado, finalmente, reducida a alguna que otra algarada, un par de intentos de quemar contenedores y varios ataques con vallas y piedras a los Mossos. Los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) se dieron cita este lunes a las 19.30 horas en los Jardinets de Gràcia tras anunciar el Tribunal Supremo la decisión de inhabilitar finalmente al ya ex presidente Quim Torra. Muchos esperaban, incluso en el Departamento de Interior del Govern, que las protestas fueran semejantes a las que se produjeron tras la sentencia del referéndum ilegal del 1-O. Sin embargo, lo más llamativo de la tarde-noche de este lunes ha sido el lanzamiento de cabezas de cerdo contra la policía autonómica catalana en el centro de la ciudad.
La primera acción con tan peculiar proyectil ha tenido lugar en los alrededores de la Delegación del Gobierno, donde los CDR han montado, con dos de estas cabezas y un par de togas, dos figuras referentes a los jueces del Supremo, según ha informado en Twitter la periodista de la SER Anna Punsí.
Posteriormente, han arremetido contra los agentes lanzándoles otra tanda de cabezas de cerdo. Algo que podría parecer una acción de mal gusto pero que algunos como el periodista Albert Castillón han recordado que sucedía también en la Alemania nazi contra los judíos. «Los nazis clavaban cabezas de cerdos en las casas de judíos», ha tuiteado Castillón, «los CDR las lanzan a los Mossos. La historia se repite».
Sin respetar en ningún momento las medidas de seguridad contra el COVID-19 (algo que tampoco han hecho los centenares de separatistas que se han agolpado en la Plaça Sant Jaume para protestar por la inhabilitación de Torra) los CDR han intentando formar algunas barricadas en el centro. Algo que no ha pasado de intentona tras la intervención de los Mossos y, en algún caso, por la imposibilidad de mover un contenedor entre varios manifestantes. Además, han intentado también llegar hasta el Parlament, cuyo recinto han terminado por abandonar tras las advertencias de los Mossos.
Los radicales, finalmente, habían anunciado su intención de volver a ocupar la Plaza de Urquinaona. Algo que no ha sucedido pues han dado por terminada la jornada de protesta cerca de las 23.00 horas. Una jornada que ha concluido con cinco detenidos, ocho contenedores quemados y un número indeterminado de cabezas de cerdo esparcidas por el centro de la capital catalana.