El sesgo a favor de la secesión en TV3 no es un hecho desconocido para nadie. Sin ir más lejos, en mayo de este año el Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) publicó un informe sobre pluralismo en los medios en el que se daba cuenta de que la televisión catalana dedicaba el 91,4% de su tiempo a entidades separatistas y solo un 8,6% a voces no secesionistas. Sin embargo, los analistas que se atreven a denunciar esta realidad suelen ser puestos en la picota por parte del secesionismo más exaltado.
Es lo que le ha ocurrido al periodista de La Vanguardia, Víctor Amela, que ha recibido un alud de críticas por poner en entredicho la parcialidad del canal autonómica. Amela, crítico de televisión en el diario de Godó, ha publicado un tuit en el que pone en cuestión el equilibrio ideológico del popular programa de TV3 Preguntes Freqüents. Para ello, se sirve del siguiente diálogo ficticio: «’¿Algún político catalán no indepe en la mesa de debate?’. ‘Calle, esto es FAQS de TV3’. ‘Ah, disculpe, es verdad, perdón’».
«Imbécil», «manipulador», «mentiroso»…
La ironía de Amela no ha tardado en ser respondida por cientos de tuiteros separatistas que la han encontrado inadmisible. Por ejemplo, el usuario Peter (@parmora) le ha espetado: «Imbécil, era una mesa sobre cómo reaccionarían los partidos indepes ante la posible imputación ilegal del MHP [Molt Honorable President]. ¡Eres mentiroso y manipulador!». Por su parte, otro tuitero, Manel Llopis, le recomienda a Amela que vea otros canales en lugar de TV3: «Siempre puedes ver 13TV, te sentirás como pez en el agua».
Antes del tuit que ha desatado la polémica, Víctor Amela ya había cuestionado con dureza la imparcialidad de TV3 en varias de sus tribunas televisivas en La Vanguardia. Por ejemplo, en un artículo publicado en enero de este año, La vida sigue igual, Amela sostenía que «nuestra televisión pública encarna una rareza entre las televisiones públicas de Europa: opera como altavoz de un solo postulado político». «¿De qué postulado político se trata?», se preguntaba a continuación. «Se resume rápido: el Estado español es una tiranía». Finalmente, el periodista denunciaba que el canal «difunde un marco mental sesgado: el de una opción política que conforta a la mitad de los catalanes, sólo». Y remataba: «La otra mitad sigue pagando TV3, pero le cuesta mucho mirar TV3 sin sofocarse».