El victimismo es consustancial al nacionalismo. Cualquier oportunidad es buena para hacer uso de él y Torra ha aprovechado la vista de su recurso en el Supremo para martirizarse como defensor de la libertad de expresión, ocultando que se le procesa por desobediencia y por no cumplir un deber democrático básico la neutralidad institucional en periodo electoral. En esta ocasión ha sido un periodista de prestigio, Josep Cuní en la SER, quién le ha contradecido en el editorial de su programa diciendo «al parecer el presidente que entró en Palau por la puerta trasera quiere salir pronto por la delantera ufano de haber desobedecido y sintiéndose mártir de la causa».
Para Cuní a Torra «siempre se le podrá reprobar que no ha cumplido en ninguno de los grandes principios con los que se comprometió con el Parlament que le reclama elecciones» y le reprocha que el presidente hable de «falta de presupuesto por culpa de Madrid pero no va tampoco a las reuniones donde se repartían los complementos económicos» y añade que «es así como se erosiona la democracia y se pervierten las instituciones».
El periodista considera que «es obvio que el posible castigo es desproporcionado para el asunto que lo ha producido» refiriéndose a su posible inhabilitación por parte del Tribunal Supremo por no retirar la pancarta de la fachada de la Generalitat en periodo electoral, pero constata que Torra tenía «voluntad de provocarlo» pese a que «organismos competentes de este propio autogobierno le advirtieron que no podía hacer lo que Torra insistió en hacer» ha recordado.
Cuní ha acabado su editorial afirmando que «la oposición siempre le podrá reprochar que hiciera su anuncio final desde Madrid», refiriéndose a las declaraciones realizadas ayer por Torra en que descartaba convocar elecciones a su salida del Supremo tras la vista oral.