Unas 5.000 familias catalanas no han llevado hoy a sus hijos a clase, en el día de inicio de curso escolar 2020-21 en Cataluña, porque consideran que no se dan las suficientes medidas de seguridad para evitar contagios, según la entidad «Així no tornem». La portavoz de la plataforma, formada mayoritariamente por familias cuyos hijos sufren patologías, Sesa Cameán, ha confirmado a Efe que unas 3.000 familias de la entidad han decidido no llevar a sus hijos a clase y que tienen constancia de que a ellas se han unido otras 2.000 familias.
Manuela Molina y José Antonio Domínguez son miembros de la plataforma y padres de dos hijos de 9 y 5 años. El primero, sin ninguna patología, ha ido hoy a la escuela porque «la ratio del grupo es baja y creemos que se pueden mantener las medidas de seguridad», han reconocido a Efe.
Sin embargo, el problema está en el hijo más pequeño, afectado por una traqueostomía, que es un procedimiento quirúrgico realizado para crear una abertura dentro de la tráquea a través de una incisión ejecutada en el cuello y la inserción de un tubo o cánula para facilitar el paso del aire a los pulmones. En este caso, los pediatras «nos han recomendado que el niño no vaya a clase» pero «se han negado a extender un certificado argumentado los riesgos sanitarios» porque «no se dan circunstancias, como que el niño acabe de salir de quirófano, ni tiene muchas secreciones».
Los padres prefieren esperar unas dos semanas antes de que su hijo vaya a clase para ver cómo evoluciona la pandemia, tras la activación este lunes de la actividad escolar. En caso de que el niño asista a la escuela, los pediatras «nos han recomendado que lleve mascarilla en la boca y en la tráquea», han expresado los progenitores.
«En el caso de nuestro hijo, también sería recomendable que llevasen la mascarilla el resto de alumnos de su grupo», han expresado los padres siguiendo las recomendaciones de los pediatras, pero «en la etapa de infantil no es obligatorio llevarla». Para esta familia, la solución «hubiese pasado por contar con grupos más pequeños de alumnos, con 10 o 15 niños», pero «en el caso de nuestra escuela, la ratio se mantiene como en el curso pasado, con 23 niños», han apuntado.
Por su parte, Ana Ibáñez, que es madre de un niño de 10 años y una niña de 5 con diabetes, ha reconocido a Efe que sus hijos no asistirán a clase «hasta que no se den más garantías de seguridad».
Por ello, ni su hija menor, «con el sistema inmunológico debilitado», ni su hijo mayor «sin patología, pero para evitar que contagie a su hermana, asistirán a clase», ha reconocido Ibáñez. La madre espera que «mejoren las garantías sanitarias» y si no esto no ocurre «haremos educación en casa», lo que «esperamos que Educación avale» ya que «estamos en una situación de incertidumbre en la que el derecho a la salud de nuestros hijos es prioritario». Por ello, Ibáñez no cree que se «lleguen a aplicar protocolos de absentismo, ni se obligue a repetir curso a niños que han estado haciendo educación en casa».
La familias de la plataforma que han decidido no llevar a sus hijos a la escuela sustituirán la actividad curricular en el aula por clases en casa gracias a la ayuda de profesores en riesgo que se han ofrecido y de otros docentes.