El pasado mes de abril, el Ayuntamiento presentó una de sus medidas estelares tras el confinamiento: la pacificación del tráfico mediante la colocación de grandes bloques de hormigón en determinadas calles que ampliaban el espacio para los peatones. Ahora, sin embargo, la fiscal de seguridad vial de Barcelona, Isabel López Riera, ha abierto una investigación para dilucidar si dichos bloques, que son usados como bancos por los ciudadanos, suponen un peligro para los vehículos de motor. Al menos, así lo defiende un informe pericial presentado por el abogado Daniel Vosseler y redactado por un ingeniero de caminos.
Según el abogado, la colocación de estos elementos podrían ser constitutivos de un delito de prevaricación contra la seguridad vial. El letrado mantiene que los polémicos bloques deberían ser retirados de su ubicación actual y situados en las aceras aledañas o, en su defecto, ser protegidos mediante un sistema de contención que impida el impacto de los coches.
La oposición ya denunció su «peligrosidad»
La polémica ampliación de las aceras, que pretendía reducir el uso del coche tras el confinamiento y hacer de Barcelona una ciudad más «sostenible y segura», se llevó a cabo en tres calles: Consell de Cent, Girona y Rocafort, y ya en su momento fue denunciada por la oposición por su peligrosidad, especialmente para los motoristas. Las criticas fueron respondidas por el Consistorio en las redes sociales de esta forma: «El Partido Popular y Junts per Catalunya tienen mucho en común. Como, por ejemplo, oponerse a que los vecinos y vecinas paseen con seguridad respirando un aire más limpio. Seguimos caminando hacia una Barcelona más verde y saludable».
Sin embargo, según el informe presentado ante la fiscalía, la ubicación de los bloques constituye «un obstáculo peligroso para la circulación de los vehículos de motor», en particular para motoristas y ciclistas, dado que son los más «vulnerables». Asimismo, el documento, elaborado por el ingeniero de caminos y auditor de seguridad vial Andrés Luís Romera Zarra, recuerda que el reglamento general de circulación de vehículos de motor afirma que «no se instalará en vías y terrenos objeto de aplicación de la legislación sobre tráfico» ningún «aparato, instalación o construcción».
El Ayuntamiento alega que los bloques son seguros
Por su parte, el ejecutivo de Colau ha aducido que pese a que los bloques de hormigón se hallan en la calzada, su espacio está claramente señalizado como zona peatonal. De hecho, alegan que los bloques ayudan a delimitar el espacio de circulación de vehículos y el de los peatones. De otro lado, argumentan que donde se han colocado estos elementos se ha reducido el límite de velocidad a 30 kilómetros, lo que conlleva mayor seguridad viaria y menor probabilidad de accidentes.