Toni Aira, entrevistado en el Món el domingo pasado para hablar de su libro L’altra guerra de successió, afirma que Twitter en clave proceso es más tóxico que Chernobil después de la explosión y que hace falta «un cambio de tono y de manera de afrentar el debate político».
Sin embargo cree que esto no se les puede «reclamar a los partidos independentistas ahora porque viven la confrontación electoral clásica». Pues precisamente deberían ser los primeros en rebajar el tono y disipar la crispación sembrada durante años. Les conviene, tanto para «ampliar la base», es decir, convencer a más gente, como para conseguir un cierto grado de unidad estratégica que todos proclaman necesaria. Pero la cabra siempre tira al monte.
El tema del libro de Aira son «las relaciones difíciles, conflictivas, complicadas y esquizofrénicas de los dos grandes bloques independentistas: el mundo postconvergente y el de ERC (…) ERC siempre se ha sentido el hermano pequeño y minorizado del mundo convergente, y el mundo convergente siempre se ha sentido mucho más llamado a gobernar,que ERC, en el sentido de la preparación (…) No veo en el horizonte ninguna pista que nos indique que esto se resuelva, porque pasan las generaciones y los patrones se reproducen entre estos dos mundos.»
A pesar de este conflicto interno, el balance global para el independentismo es positivo: «El gran deber pendiente de la unidad estratégica no ha ido más allá del horizonte del referéndum del 1-O. La perspectiva desde las instituciones es obvio que estamos peor, pero si miras el apoyo social que tiene el independentismo político es obvio que se ha salvado.»
En contra de los que temen que todo siga igual en la política catalana, Aira augura cambios: «Soy escéptico con aquellos que piensan que al final JxCat y ERC no podrán dejar de pactar tras las elecciones. Creo que estamos cerca de un big bang político importante en la política catalana, en el que las diferencias en la campaña electoral serán más grandes de las que nos esperamos. Se ha llegado a un punto de fatiga muy importante en muchos campos diferentes: en el constitucionalismo también, pero en el independentismo es obvio (…) La clave será ver quién se desmovilizará más, si el constitucionalismo o el independentismo. Y ante esto no tiene sentido la tensión que se está viviendo dentro del independentismo.»
Sí tiene sentido si vemos lo que el mismo Aira recalca, que hay «confrontación interna dentro del independentisme». Y todo indica que hay prisa y ganas de resolverla.