Crece la precariedad y vulnerabilidad de los/as trabajadores/as extranjeros. Esta es la principal conclusión de la Memoria del primer semestre del año, a partir de datos recogidos en las oficinas del CITE, que analiza la situación de los inmigrantes en Cataluña. Carles Bertran, director del CITE, y Toni Mora, secretario de Política Territorial, Acción Social, Barcelonés y Migraciones de CCOO de Catalunya, han dado a conocer las principales conclusiones de este informe durante la rueda de prensa celebrada hoy en la sede de Comisiones Obreras, situada en Via Laietana.
Más del 60% de los inmigrantes no tiene papeles
De la memoria se desprende un incremento notable, comparado con el año anterior, de los extranjeros sin autorización administrativa para residir y trabajar en Cataluña, que llega al 68,5% del total. Un fenómeno consecuencia del incremento de nuevas oleadas migratorias de los primeros meses del año, pero también de la existencia de una bolsa de personas que no ha podido regularizar su situación por culpa de un mercado de trabajo de baja calidad, dado que se requiere un contrato de un año a jornada completa. Esta situación, alertan Bertran y Mora, se puede agravar por la coyuntura actual, posterior a la pandemia, y el aumento del paro, con personas que puedan caer en la irregularidad sobrevenida.
En este sentido, casi el 33% de las consultas atendidas en las oficinas del CITE durante los primeros seis meses tienen que ver con las vías necesarias para regularizar su situación administrativa: 23,7% de arraigo social; 8,4% sobre formas de regularización relacionadas con la petición de asilo o protección internacional y, el restante 0,7% de arraigo laboral.
Un 68,5% de los extranjeros no posee autorización administrativa para residir y trabajar en Cataluña. Un fenómeno resultado del incremento de nuevas oleadas migratorias, pero también de la existencia de una bolsa de personas que no ha podido regularizar su situación por culpa de un mercado laboral de baja calidad
Por otra parte, se observa que el 53,52% de las personas atendidas no trabaja, más o menos el mismo porcentaje que el año pasado, aunque aumentan, de forma importante, las que lo hacen sin papeles: 70,2%. Y es que durante los primeros seis meses del año, y bajo los efectos del estado de alarma, se atendió a 5.962 personas, que plantearon 14.858 consultas en el curso de 8.971 visitas.
Mujer lationamericana y sin papeles
Por nacionalidades, los principales inmigrantes irregulares son colombianos y marroquís, representando un 12,3% del total, seguidos por hondureños (8,5%), peruanos (8%), venezolanos (7,5%) y bolivianos (5,4%). En general, cerca del 60% de los inmigrantes atendidos son latinoamericanos.
En cuanto al género, la Memoria 2020 constata que el 58% de las personas atendidas son mujeres, ya que tienen un mayor peso entre los extranjeros provenientes de estos países: un 83% provienen de Honduras, un 66% de Venezuela y un 64% de Colombia o Perú.
En síntesis, y como ya se ha comprobado en los últimos años, el perfil tipo de persona atendida en el CITE es una mujer latinoamericana, sin autorización administrativa, que trabaja de manera irregular en el sector doméstico, con lo que ello implica de precariedad e invisibilidad. Una precariedad agravada por la crisis sanitaria.
Vulneración de derechos
El principal sector de ocupación por parte de trabajadores inmigrantes es el doméstico, que emplea al 37,7% del total, el 95,5% mujeres. También es el primero en lo que respecta a trabajo irregular, con el 43,9% del total. Por debajo, se sitúa el sector de otros servicios, como residencias, con un 18,9%; seguido por la hostelería, con un 11,2%.
Del estado de alarma y la crisis sanitaria se extrae una conclusión plasmada en la Memoria 2020 CITE: sectores productivos, esenciales para el mantenimiento de la sociedad, concentran una presencia importante de extranjeros, como el doméstico o las residencias. Buena parte de estos puestos de trabajo están ocupados por personas en situación irregular, con lo que ello comporta en términos de vulneración de derechos y explotación laboral.