Primero fue Cantabria, luego, el Congreso de los Diputados (Madrid). Esta vez, será el mismísimo Camino de Santiago la línea de meta de Carlos Mir, un trabajador de Nissan que está dispuesto a llevar su protesta en bicicleta a donde haga falta. Carlos lo tuvo claro desde el principio. «Si morimos, será con las botas puestas«.
La convocatoria del pasado 15 de julio en la capital española reunió a mas de 1.500 trabajadores frente al Congreso de los Diputados para cantarle las cuarenta al gobierno. Carlos y su compañero Jesús llegaron en bicicleta. El resto no dudó en coger un tren, avión, coche o autocar para exigir a las autoridades políticas su intervención en el cierre de la factoría japonesa.
Muchas negociaciones pero pocas garantías
Después de muchas negociaciones infructuosas, Nissan cedió a posponer el cierre hasta diciembre de 2021 y a no despedir a ningún trabajador hasta esa fecha. Sin embargo, en la negociación no se tuvo en cuenta a sus subcontratas, cuyos trabajadores reclaman que se les considere como afectados del cierre, ya que su empleo depende de la actividad de Nissan.
Acciona Facility Services es una de las subcontratas que denuncian haber sido excluídas de las negociaciones. El papel de esta empresa es estratégico para la actividad de Nissan y de ella depende el trabajo de más de 500 personas. Tras más de 100 días sin actividad y sin una solución a su problema, la plantilla ha decidido concentrarse esta misma mañana para impedir que se reanude la actividad en la planta de la Zona Franca.
Compañerismo
Carlos es uno de los trabajadores cuyas reivindicaciones han sido oídas, de alguna forma, por la cúpula de Nissan. Sin embargo, no es suficiente, asegura. Es necesario continuar en la lucha por la futura recolocación de los trabajadores, pero también por todos esos proveedores que se han quedado en la estacada.
«Ya tengo preparada la ‘nave espacial’ para iniciar mañana lunes a las 6h desde la puerta principal de Nissan Zona Franca la tercera reivindicación en bicicleta por la reindustrialización de las plantas de Nissan en Cataluña. Por los 25. 000 puestos de tejido industrial que se pierden, pero también en favor a las demás empresas automobilísticas españolas. Estas deben adelantarse a la transformación del sector y garantizar empleo para evitar llegar a situaciones como la nuestra».
Carlos siente que debe hacer esto por él y por sus compañeros, pero también en favor de las demás empresas como la de Alcoa, que se encuentran en una situación difícil. Esta guerra, asegura, «Es por nosotros, pero también por el empleo, en general«.
«EL CAMINO DE SANTIAGO POR LA REINDUSTRIALIZACIÓN ESPAÑOLA», así ha bautizado Mir este recorrido reivindicativo, que será desde Barcelona hasta la Catedral de Santiago de Compostela y marcará, asegura «el inicio de la segunda fase de nuestra lucha«.