El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha sido el encargado de la clausurar la 52 edición de la Universitat Catalana d’Estiu en Prada y en la que el sábado Carles Puigdemont fue la estrella invitada. Torra ha cerrado este nuevo encuentro veraniego de independentistas llamando a la desobediencia y a la «batalla«. «Nos toca desobedecer leyes injustas y nos toca obedecer a nuestra propia soberanía», ha dicho el presidente en un discurso en el que ha añadido: «Cualquier batalla es una batalla a la que tenemos que ir para poner en cuestión a un Estado que justamente tiene el punto débil en el respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos».
Sobre la desobediencia, Torra se ha referido implícitamente a lo sucedido con la no publicación de algunas resoluciones contra la monarquía y Felipe VI aprobadas por el Parlament recientemente. Resoluciones que no se han formalizado a través del boletín de la cámara por el rechazo de los letrados a incumplir con las advertencias del Tribunal Constitucional y ante el cual JxCat ha exigido el cese del secretario general del Parlament, Xavier Muro. En este sentido, el presidente ha afirmado que «el Parlament es la sede de la soberanía del pueblo catalán». Y ha añadido: «No nos podemos quedar a medias, no puede haber matices. Si nos creemos que la desobediencia es legítima, hemos de asumir las consecuencias y hemos de ir hacia delante. La soberanía de Cataluña ha de ser el vector de cambio».
El presidente, finalmente, ha vinculado la independencia con la pandemia del COVID-19 asegurando que la primera es «más urgente y necesaria que nunca» por culpa del virus. Torra ha afirmado que el Govern está gestionando la crisis sanitaria, social y económica «sin los recursos que genera» Cataluña y «sin la soberanía que tanto nos conviene». Por ello y aunque ha subrayado que la Generalitat se está volcando en la lucha contra el coronavirus, ha señalado también que es necesario seguir buscando la separación de España.